Vías, estaciones, puentes, fábricas, apeaderos, montañas, viñedos, túneles, bosques, trabajadores ferroviarios y de todo tipo de actividades, pasajeros, policías... Todo esto puede verse en la gigantesca maqueta instalada en un bajo de Santa Cristina que han confeccionado a lo largo de los años los miembros de la Asociación de Modelismo Ferroviario de A Coruña (Amfeco) y que consideran como la de mayor tamaño de su tipo en Galicia y una de las mayores de España. La instalación está compuesta por módulos de 1,20 metros de longitud que hacen posible su desmontaje, así como la adopción de diferentes formas para poder alcanzar una mayor longitud, ya que, a pesar de la amplitud del local en el que está instalada, es necesario que el trazado efectúe varias revueltas para poder colocar todos los elementos diseñados por este grupo de aficionados.

Carlos Pérez y José Manuel Gornés. | // CARLOS PARDELLAS

Amfeco nació en 1991 a partir de miembros de una asociación anterior y organizó exposiciones de las maquetas que confeccionaba en lugares públicos de A Coruña y otros lugares de España. Tras alquilar el local de Santa Cristina, los aficionados comenzaron a montar la maqueta en torno a 1993 con el objetivo de organizar nuevas exposiciones, pero tras poner en marcha algunas, finalmente decidieron dejarla instalada de forma permanente con el fin de exhibirla allí para captar nuevos socios. “La maqueta está hecha con madera y al moverla sufre bastante, por lo que procuramos no hacerlo”, explica José Manuel Gornés, presidente de la asociación, quien explica que para crear una instalación de este tipo el principal factor es el tiempo necesario para su montaje, por lo que advierte: “Esto te tiene que gustar”.

En cuanto al coste, detalla que los precios de una locomotora de los convoyes oscila entre los 50 y los 3.000 euros, ya que algunas hasta tienen sonido. “Pero esta no es una afición de hoy para mañana, sino que hoy compras un vagón, mañana otro, en un mercadillo compras un lote...”, señala sobre cómo adquieren los aficionados sus trenes, que en Amfeco almacenan en un estante confeccionado por uno de los socios para luego hacerlos circular en la maqueta cuando lo desean.

Supuesta fábrica de Estrella Galicia en la maqueta. | // CARLOS PARDELLAS

“Hay que dominar bastantes facetas, hay que ser electricista, carpintero, manejar bien las pinturas y las texturas, hacer rocas, árboles...” detalla sobre las técnicas para montar las maquetas, aunque la asociación tiene la suerte de contar con dos carpinteros y un ingeniero electrónico. Papel maché, madera, poliestireno y mucho material de desecho reciclado son los componentes de los elementos de la maqueta de Amfeco, según comenta Gornés, aunque algunos son comprados.

Para que sea posible desmontar la maqueta y trasladarla, ha sido diseñada a un solo nivel, lo que también favorece que los trenes funcionen de forma más adecuada, ya que, al igual que en la realidad, la subida de pendientes les supone un esfuerzo notable. “El sistema de control de los trenes que tenemos es muy parecido al de la realidad”, pone de relieve Gornés, ya que un programa informático diseñado especialmente para estas funciones es el que dirige las salidas de los convoyes, los para en determinados puntos o da preferencia a unos sobre otros. Pero, como sucede también en la vida real, los problemas no están excluidos, ya que ocurren errores en el funcionamiento del sistema.

Varadero existente en un tramo de la maqueta. | // CARLOS PARDELLAS

“Nunca hemos conseguido el número de socios que nos gustaría”, admite el presidente de Amfeco, ya que considera que a la mayoría de los jóvenes no les interesa esta afición. Gornés también reconoce que a muchos de los miembros de la asociación los trenes que más les gustan son los antiguos. “Invitamos a todo el mundo a que venga a visitar la maqueta”, proclama en relación con el interés de este colectivo por dar a conocer su labor y conseguir así la entrada de nuevos socios. El perfil de Facebook de Amfeco es la vía más sencilla para contactar con la entidad para visitar sus instalaciones en Santa Cristina, donde, al margen de la descomunal maqueta, también es posible contemplar toda clase de objetos relacionados con el mundo ferroviario, como una marmita para el cambio de agujas de las vías, los carteles que indican el destino de los trenes y que se colocaban en los vagones en el pasado y fotografías de todo tipo de vehículos ferroviarios.

Amfeco tiene en la actualidad poca relación con Renfe y Adif, a pesar de que en el pasado la asociación contó con un local en la estación de San Cristóbal. “Si la tenemos con otras asociaciones y con los museos ferroviarios, sobre todo con el de Galicia”, indica Gornés, quien añade que la asociación realiza en ocasiones viajes a otras localidades, como el que efectuará a noviembre a Madrid para visitar una exposición de fabricantes de equipos para estas maquetas, modelistas y escuelas taller sobre esta actividad.

Carlos Pérez controla el sistema de la maqueta. | // CARLOS PARDELLAS

“Hay bastantes trabajadores ferroviarios aficionados al modelismo, sobre todo entre las nuevas generaciones, sobre todo maquinistas”, explica Carlos Pérez, uno de los miembros de Amfeco que desarrolla su actividad profesional en el ferrocarril como maquinista de una empresa privada. “Me gustaban los trenes antes de ser ferroviario y de hecho fue lo que me hizo orientar mi carrera profesional hacia este sector”, comenta sobre su afición, que le lleva incluso a aprovechar sus vacaciones para hacer fotografías de trenes dentro y fuera de España.

“La afición por el ferrocarril es muy completa, porque no es solo el maquetismo, que puede ser lo más conocido, ya que también están los viajes para hacer fotografías o ver instalaciones, las proyecciones fotográficas, el coleccionismo de libros y sellos sobre el tren”, destaca Pérez.

Pero las actividades de Amfeco se extienden incluso a las que se realizan con los trenes reales, puesto que la entidad organizó el 125 aniversario del ferrocarril A Coruña-Lugo, lo que celebró con el desplazamiento a la ciudad de un convoy encabezado por una locomotora de vapor Mikado que se conservaba en León. “Lamentablemente, cada vez es más difícil que el material histórico pueda salir a circular”, expresa Pérez sobre los antiguos trenes, aunque también resalta que en Galicia se cuenta con el Museo del Ferrocarril de Monforte, al que la asociación realiza visitas. “En España estamos a años luz de otros países europeos, incluso de nuestros vecinos portugueses, que tienen una línea preciosa que recorre el Duero todos los domingos con un tren de vapor que siempre va lleno”, refiere este maquinista.