Está disfrutando de su último disco, Si mi rayo te alcanzara, enseñándolo, mimándolo, pero Xoel López todavía no había podido presentarlo en condiciones en su ciudad. Lo hará el domingo 31 de octubre en Noites do Porto, cuando tan solo habrán pasado unas semanas del reencuentro de Deluxe, la que fue su banda y cuyas canciones también se colarán en este concierto.

Salvo su concierto con la Orquesta Sinfónica de Galicia, esta será su primera actuación en A Coruña con el nuevo disco.

Sí. Lo de la Sinfónica no fue cualquier cosa, fue algo muy especial, pero me faltaba el concierto de la gira en A Coruña.

Pero pudo llevar Si mi rayo te alcanzara a otras ciudades.

Sí. Fue el verano que menos toqué en Galicia de la historia. Salvo al final de agosto, que recuperé un poco. Yo me paso el verano entero en Galicia, así que me vino especialmente mal. Suelo tener conciertos en la zona y me desplazo menos, pero este año me tocó ir a Barcelona, a Cádiz, a Alicante y Sevilla, desde A Coruña, y fue un poco paliza.

Tocará en Noites do Porto con un repertorio especial, como anuncia la organización. ¿Qué tiene preparado?

Lo más bonito es que puedo ir con la banda entera. Llevo año y medio con formatos reducidos, aunque no éramos pocos, cuatro o cinco, pero ahora vamos los ocho músicos, que es la banda que yo tenía pensada para el disco. Ese era el formato original. Ni siquiera lo de la Sinfónica lo hice con la banda entera. Además, tenemos cosas pensadas a nivel de show e imagen que es una sorpresa. El repertorio va a estar centrado en el disco nuevo, que creo que es lo que toca y lo que el público espera, con temas de aquí y allá también y rescataré alguna de Deluxe. Me apetece meter algo de eso.

Un disco que, como muchos, compartió escena con la pandemia. ¿Cómo ha evolucionado directo a directo, de aquellos con separación y mascarilla a tener al público de pie?

Como Xoel López todavía no toqué con el público de pie. Solo con Deluxe en el Portamérica. En ese sentido, estoy un poco frustrado aún, tengo que resarcirme y quitarme esa espinita. También tengo que pensarlo, porque el repertorio funciona bien para gente sentada. Es verdad que tengo muchas ganas de ver cómo funcionan las canciones que tenía pensadas para disfrutar bailando, como Tigre de bengala. Esa parte más atrevida y cachonda del disco es la parte que todavía está por ver. Me da mucha rabia porque no pudimos darle rienda suelta. El disco nace en una circunstancia tan difícil que lo estamos cuidando más de lo normal. Dándole un cariño extra. Es un disco mimado. Habrá que darle más tiempo de margen y esa vida que se merece.

¿A usted también le ha marcado? Dijo que en esta gira fue la primera vez que lloró en un escenario.

Hubo momentos muy emocionantes, como ese primer concierto posconfinamiento en Madrid. Cuando me emocioné, estaba tocando Joana, una canción que salió en la fecha en la que estaba pensada, que coincidió que fueron los primeros días de confinamiento. La canté y pensé “por fin estoy aquí”. Me di cuenta que había muchas emociones contenidas y de la importancia de la música, de la expresión artística, para canalizar emociones que no sabes ni cómo expresar. La música, otra vez, ayudándonos a liberarnos.

Hace unos días dio un concierto con la que fue su banda, Deluxe. ¿Por qué ahora, trece años después, y cómo fue?

Fue precioso, muy placentero, muy bonito. No pudo haber salido mejor. Fue una propuesta que me hizo mi mánager y me sedujo la idea. Me dijo “¿ lo ves?” y yo dije “sí, es el momento”. Estaba pensando en hacer algo en algún momento, porque con los chicos me llevo estupendamente, pero esperaba alguna fecha señalada. Pero pensé “estoy hasta los huevos de este año gris, de la pandemia, y me apetece darme esa alegría”. Los chicos se volcaron con la idea y se emocionaron mucho.

¿Se repetirá?

Yo estoy con lo mío, y eso fue una cosa así puntual, pero a lo mejor podemos hacer algún que otro concierto en otro momento. Pero no tenemos pensado hacer una gira y creo que no tendría sentido.

¿Le dio nostalgia ese viaje al pasado? Hace unos días compartió un vídeo suyo en redes de cuando tenía 17 años.

Uno va teniendo una edad y el pasado aparece, es inevitable. Por suerte, tengo muy buen recuerdo de todo y tengo muy buena relación con aquel Xoel. Me gusta, de vez en cuando, mirar atrás. Ese vídeo en concreto tiene una historia muy bonita. Toqué en Almansa, Albacete, con 17 años, y volví a tocar este año allí por segunda vez en mi vida. No había vuelto. El tío que me hizo la entrevista para la televisión local el pasado agosto es el mismo que me hizo aquella entrevista con 17 años. Me trajo el vídeo en un pen y por eso pude compartirlo.

Aquel Xoel que tocó en muchas salas. El Bâbâ Bar ha desaparecido. ¿Le preocupa esta situación?

Absolutamente. Soy de los afectados, mi hermano hostelero también. Hubo gente que se pudo adaptar con la parte de bar, pero otra mucha estuvo en la mierda absoluta. Me parece terrible para el tejido, para toda la infraestructura del gremio. Las salas son el lugar al que siempre vuelvo. El primer concierto de Deluxe lo hicimos en la Mardi Gras. Son sitios donde empiezan las cosas y puentes hacia posibles éxitos, donde se fragua toda la movida. Son fundamentales y hay que cuidarlas.

¿Qué viene ahora? ¿Nuevas canciones o un recopilatorio?

Está ese recopilatorio en mi cabeza desde hace años, pero al final siempre me saco un disco de la manga y no hay manera. No encuentro el momento de pararme y mirar hacia atrás con calma. Ahora tengo nuevas canciones, que son un poquito más pop-indie-folk. Pero no sé muy bien qué hacer. Lo iré viendo. Tengo material. Cuando pare la gira en diciembre, será el momento en el que me plantee seriamente qué hago.