Pese a seductoras veleidades como la inflación o el choque de potencias nucleares en Ucrania que aspiran a atraer nuestra atención, la población coruñesa no pierde de vista el zeitgeist de 2022: Tanxugueiras no irá a Eurovisión. Como saben todos aquellos a los que la bendita paternidad obliga a madrugar, a la hora de acceder a los colegios, y no solo en los de Hamelín, se pone música infantil para recabar la atención de los niños y ayudar a controlarlos; varios centros coruñeses hacen resonar ahora a las pandereteiras. Pero ¿respeta esto las creencias de los padres rigobertianos? ¿Veremos una Vendée de madres que quieren educar a sus hijos con Chanel? El tiempo lo dirá.