La cantante y compositora Diana Navarro se mete en la piel de la mítica coplera Concha Piquer en la producción En tierra extraña, en la que compartirá escena con Alejandro Vera en la piel de Federico García Lorca y Avelino Piedad como Rafael de León. La pieza imagina cómo habría sido un encuentro entre estas tres figuras con música, baile y diálogo el próximo viernes 18 en el Teatro Colón de A Coruña a las 20.30 horas.

Define En tierra extraña como el proyecto más importante de su carrera. ¿Cómo afronta este reto de bailar, cantar e interpretar a Concha Piquer?

Por todas esas cosas es el proyecto más importante de mi carrera. Yo soy cantante y compositora. También era actriz, pero de cine y televisión, en teatro no había hecho nada nunca. Es un reto tremendo interpretar a doña Concha Piquer, que es el abecedario de la copla y es el estilo en el que yo he crecido, junto con el flamenco y la saeta, pero es el estilo que yo defiendo y fusiono con otras sonoridades para que no se pierda esta cultura nuestra, de nuestro país. Es un reto apasionante, el público y la crítica están siendo muy buenos. La historia es muy buena, está dirigida por Juan Carlos Rubio y en el escenario estoy acompañada de Alejandro Vera, que interpreta a Lorca, y Avelino Piedad, como Rafael de León. Entre los tres suceden cosas inventadas, porque es una ucronía, un encuentro ficticio, porque no hay documentación gráfica de que Concha y Lorca se encontrasen. Con la excusa de que ella quería que le hiciesen una canción, suceden una serie de acontecimientos históricos reales y ficticios.

¿Por qué la elección de estos personajes? Concha Piquer pasó a la historia como la artista de la España franquista y Lorca como el gran poeta republicano.

La idea original de José María Cámara era juntar a Miguel de Molina y a Concha Piquer. Juan Carlos Rubio le propuso juntar a las dos Españas, Piquer y Lorca, que suceda ese encuentro, y contar una historia que invite a la reflexión. Desde el siglo pasado seguimos crispándonos porque no nos respetamos en nuestras ideologías y no llegamos a tener un consenso común. Eso sigue ocurriendo hoy. La obra te invita a reflexionar con esos diálogos que Juan Carlos hace exquisitamente, y es una excusa para llevarlo a hoy día. Concha no era la cantante del Régimen ni la copla es franquista. El Régimen se apropió de ella, porque era la manera que tenía el pueblo de expresarse; es la banda sonora de nuestros mayores. Era, por decirlo de alguna manera, el C Tangana de la época. Necesitaban tener esa música que les distraía de la realidad durísima que vivían. Si Paquito decía: “ven a cantar”, cualquiera le decía que no, pero Concha era muy lista y no se identificaba con ningún partido.

¿Cuál es el papel de Rafael de León? ¿Es un observador, un conciliador...?

Rafael de León es el gran desconocido para gran público. Yo creo que se le hace un homenaje muy bonito en esta obra. Él lo que hace es encontrarlos a los dos. Concha lo quiere mucho y lo quiere proteger. Y hasta ahí puedo leer.

Quiere proteger también a Lorca. El encuentro ocurre en 1936.

Sí. El mismo día que estalla la guerra y que matan a José del Castillo. Eso es un dato real. L a verdad es que me da sentimientos. Es la parte final de la obra y todavía me emociona.

Es el año en el que matan a Lorca también. Concha Piquer y Rafael de León todavía sobreviven unos años más.

Rafael de León fue a la cárcel, y Concha Piquer sobrevivió porque era una mujer muy lista que se cuidó mucho y navegó bien.

¿Qué episodios reales de la historia de España recorre la obra?

Hay que verla.(ríe) Está lo de José de Castillo, y el carácter de doña Concha, que hay mucha controversia sobre eso; y las obras que se interpretan. Van intercaladas en la obra, que no es un musical, es una obra de teatro con canciones.

No es la primera ucronía que se hace alrededor del asesinato de García Lorca. En el Ministerio del Tiempo hay un capítulo en el que el poeta acude a un concierto en el que Camarón canta uno de sus poemas. También se le advierte del peligro que corre. ¿Es un relato de lo que podría haber sido?

Sí, porque, claro, cuando uno se inventa una historia con personajes reales, pasa lo que podría haber sido, pero al final el desenlace es el gran spoiler: a Lorca lo asesinan, y eso en esta obra -- como en la serie-- no se impide, porque no se puede.

Concha Piquer fue la gran iniciadora de la copla y la primera gran folclórica. ¿Ha quedado opacada por otras divas posteriores?

Ella tuvo una época. Con 14 años se fue a Broadway. Allí estuvo cinco años, de hecho en la obra se puede ver la parte musical que cantaba en inglés. Allí estuvo con Al Johnson, Eddie Cantor, las figuras de la época. Esa disciplina la trajo a España, y aquí se reunió con los grandes compositores, como Rafael de León, Quintero y Quiroga. Ella ya había cantado cuplé, que es de donde viene la copla. Tuvo un recorrido estupendo, pero las cantantes yo creo que son como los deportistas de élite: tenemos un momento florido, y luego otro en el que, según tu público vas estando más o menos. Ella se retiró en el momento mejor de su carrera. Ella, a su marido, Antonio Márquez, torero que se hizo su manager, le dijo: “¿Tenemos dinero para retirarnos?” Y el marido le dijo: “Tenemos dinero para tres vidas”. Ella estaba feliz con su hija, con sus nietas... no creo que le hiriese que viniesen otras generaciones, porque ella, a sus espectáculos, siempre llevaba lo mejor. En los piques con Rocío Jurado creo que hay mucha leyenda urbana y mucho amor de madre. Concha Márquez Piquer se presentó a Pasaporte a Dublín, y hubo conflicto, pero creo que queda más en la leyenda. Para mí, Concha Márquez Piquer es una de las grandes voces que hemos tenido en España, que se ha visto eclipsada por el talento de su madre. Para interiorizar el personaje, yo, de hecho me he ido más a la biografía de Concha Piquer que hizo su hija, a la parte humana, que creo que no se había mostrado.

¿Es una manera de dignificar al personaje frente al relato de la cantante de la España oscura que nos ha llegado?

Sí, sobre todo al género de la copla. Gracias a artistas como Martirio y Carlos Cano empezó la recuperación de este género. La copla no es política ni franquista. Cuando la dictadura se acabó, claro, España lo que quería era ser sueca, así que se olvidó un poco esa identidad que ahora estamos recuperando los andaluces, los gallegos siempre la han tenido muy arraigada y eso es necesario. La copla es cultura del pueblo. Las folclóricas eran trabajadoras que se ganaban la vida, que a lo mejor no tenían las herramientas que hoy tenemos para expresarnos y poder desgranar lo que es la copla: poesía y un canto de las generaciones pasadas, memoria histórica. Las folclóricas a lo mejor no podían, y decían que la copla era un sentir del corazón, y entonces quizás la gente que no entendía eso lo despreciaba. Yo animo a la gente a que se lea un poema de Rafael de León. Va a alucinar.

Ha habido una apropiación histórica de los símbolos y el folclore andaluz en la idea de España. ¿Se está recuperando?

Sí, y me parece fantástico. España es muy bonita y muy rica en lengua, en costumbres y en folclore. A mí el folclore me apasiona. Me parece fantástico que cada Comunidad Autónoma defienda su manera de expresarse. A mí no me parece que eso separe, sino que une.