El jazz tiene códigos que exigen atención rigurosa, concentración. Cuando se empapa de riesgo y vanguardia y utiliza la improvisación como motor, adapta un enfoque libre —free jazz— que pone a prueba la paciencia del oído convencional y a la vez seduce a los oyentes más atrevidos e inconformistas. En este terreno de libertad musical se instala Trinity, una trinidad de músicos que mañana en Jazz Filloa presentan en dos pases (22.00 y 23.00 horas) las texturas “agresivas” de su disco Brute.

Madrid juntó en marzo de 2021 a los coruñeses Pablo Rega (guitarra eléctrica) y Fernando Lamas (batería) y al toledano Luis Erades (saxo alto y barítono). Se conocían, compartían referencias —Rega y Erades habían sido parte del septeto Comando Radar, Lamas tocaba en Amoeba Split—, y no tardaron ni una semana en entrar una mañana en el estudio de Nico Vieites (Audiomatic) para grabar Brute en una sola toma. Mezcló Vieites, masterizó Marcel-Lí Bayer y el trío autoeditó el resultado “a la antigua usanza”.

“Quisimos darle un valor especial a la música grabada. El disco no tiene soporte de vinilo o digital. Son 100 copias numeradas en tamaño A3 con código de descarga e impresas en la antigua imprenta La Mugardesa, una a una, con diseño de Ginger Muntz y en gráficas de madera y metal. Llevó tres días todo el trabajo. Es un póster objeto con el código de descarga para escuchar el disco”, explica Rega, nacido en Mugardos.

Brute es un disco bruto de cinco cortes y menos de media hora de duración en el que la guitarra, la batería y el saxo conviven “con mala hostia”. Hardcore, noise y jazz de vanguardia fluyen entre los músicos. “La sesión fue agresiva, quizá por ser la fotografía de un momento, el motivo de un estado de enfado por estos tiempos de pandemia”, admite el guitarrista de Trinity. “Pero no es nada que no se haya llevado antes a la práctica, sobre todo en la escena jazz de Nueva York”, añade.

Solo una hora separará las dos sesiones de la presentación de Brute en Jazz Filloa, pero cada bolo sonará distinto y quizá difiera del resultado de la grabación registrada en marzo. “La improvisación juega con la forma pero respeta el lenguaje del jazz”, matiza Rega. “Es una música honesta y exigente que requiere concentración”, insiste. Los aficionados podrán comprobarlo en la sala de Rúa Ciega. Cada pase al precio de 10 euros, con reservas en jazzfilloa@jazzfilloa.com.