La Audiencia Provincial condenó a ocho años y dos meses de cárcel a un hombre de 35 años al considerarle autor de dos delitos de intento de agresión sexual cometidos contra sendas mujeres en enero del año pasado. El tribunal le impuso además un periodo de libertad vigilada de siete años y le condena a una multa de 360 euros por dos delitos leves de lesiones y a indemnizar a una de las víctimas con 6.400 euros y con 12.100 a la segunda.

La sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, refiere que los hechos ocurrieron en las proximidades de la ronda de Outeiro a la altura de Alfonso Molina a las 21.30 horas de un día lluvioso y poco antes de que entrara en vigor el toque de queda. El ahora condenado abordó a la primera mujer sujetándola por detrás y arrojándola al suelo para intentar arrastrarla hacia unos arbustos para mantener relaciones sexuales con ella en contra de su voluntad, para lo que le quitó varias de prendas de ropa.

Un repartidor que pasaba por el lugar acudió en defensa de la mujer, por lo que el agresor alegó que se trataba de su novia, lo que ella negó. El hombre apartó a la víctima del atacante, que abandonó la zona a la carrera sin haber conseguido su objetivo. Solo quince minutos después, en las escaleras que comunican la ronda de Outeiro con el nivel de Alfonso Molina, a corta distancia del anterior punto, el mismo hombre atacó de un modo semejante a otra mujer, a la que además golpeó varias veces en la cara para que no ofreciera resistencia.

Pero ella reaccionó mordiéndiole en un dedo y pidiendo auxilio a voces, mientras él la sujetaba por el cuello y le bajaba la cremallera del pantalón. Tres viandantes se acercaron en su ayuda, por lo que el agresor repitió que la mujer era su novia. Uno de los hombre separó al atacante de la víctima, al tiempo que otro llamaba a la policía, lo que el delincuente trató de impedir quitándole el teléfono, que cayó al suelo y se averió. Aunque el ahora condenado escapó, fue seguido por dos de las personas que socorrieron a la mujer, que alertaron a la policía, lo que permitió que el agresor fuese detenido poco después.

Las dos víctimas y los testigos de ambos ataques identificaron posteriormente al hombre como el autor de los hechos, a pesar de que él lo negó. Una muestra de ADN hallada en el pantalón de una de las mujeres reveló que era del acusado, quien declaró haber sido detenido por portar efectos que encontró y pertenecían al verdadero culpable.