En la mañana de ayer, la aviación rusa bombardeaba a civiles que trataban de huir de Ucrania en el punto de evacuación de Irpin. A la misma hora, en la otra esquina del continente, sus compatriotas en la diáspora participaban en una manifestación en A Coruña, en el Obelisco, para pedir que cese la violencia sobre su pueblo. Un clamor en el que no estuvieron solos: Les acompañaron los cientos de coruñeses que salieron a la calle para arroparles y mostrar su solidaridad con sus vecinos. Lo hicieron convocados por Acampa pola Paz y secundados por más de cuarenta organizaciones sociales, unidas bajo el lema Paz para Ucraína. Saída negociada xa!

Manuel Mariñas y Nataliya Kondrashkina. | //CARLOS PARDELLAS

Niños y mayores, ucranianos y coruñeses. Todos juntos con un mismo reclamo: no a la guerra. Allí estaba Nataliya Kondrashkina, ucraniana residente en A Coruña desde hace más de diez años.

“Llevo diez días en una pesadilla, llamo a mi familia a todas horas”

El aeropuerto de su ciudad, Kherson, fue bombardeado el primer día del ataque ruso. Su madre, su hermana y sus sobrinas resisten en un refugio a los ataques. Ella aguarda, desesperada, noticias desde A Coruña. “Estos días estuve como en una pesadilla. No miro ni lo que como, llamo a mi familia a todas horas, me puse a traducir vídeos que mandaba la gente desde Ucrania. Me preguntan cómo estoy. ¿Cómo voy a estar yo, si a mí no me caen las bombas?”, se pregunta.

Anna Lysenko. | // CARLOS PARDELLAS

Su tono denota la angustia de estos días. No comprende cómo se ha podido llegar hasta ese punto contra los que siempre han sido sus vecinos. “¿Cómo puede ser Rusia nuestro enemigo? Mi apellido es ruso, estamos todos mezclados”, asegura.

“Hoy es Ucrania, pero mañana puede ser cualquier otro país”

A pocos metros, otra de las asistentes corroboraba el vínculo: era la rusa Anna Fedulova, que acudió a la marcha portando un cartel que rezaba I’m russian and I am against war. [Soy rusa y estoy contra la guerra]. “Nos duele el corazón. Hay que hacer lo posible por ayudar a los ucranianos, pero también a los rusos. No queremos una guerra en nuestro nombre. La gente tiene miedo a protestar, por si les detienen”, cuenta. Detrás de cada uno de los asistentes ucranianos a la marcha, una historia humana y mucho que perder.

Anna Fedulova L.O.

Algunos, como Anna Lysenko, vecina de A Coruña desde hace seis años, no pudieron evitar las lágrimas. “Mueren civiles, mueren niños. Necesitamos ayuda. Hoy tenemos guerra en Ucrania, pero mañana puede ser en cualquier país. Toda mi familia está ahí”, lamentaba.

"Los rusos no queremos una guerra en nuestro nombre"

Miroslav y Ruslan Apanevich, padre e hijo, que acudieron a la concentración enfundados en la bandera de su país, demandan medidas urgentes para frenar el conficto. “Toda la economía rusa se basa en la exportación de petróleo y gas. No hacer negocios con Rusia ahora no es una cuestión moral, es una cuestión de supervivencia. Mis amigos de Ucrania están en la defensa territorial, luchando sin preparación militar”, cuenta Ruslan.

Miroslav y Ruslan Apanevich. | //CARLOS PARDELLAS

Los coruñeses hicieron suyo el dolor de los ucranianos cuando el encargado de leer el manifiesto, Xurxo Souto, les cedió la palabra, momento en el que aprovecharon para agradecer a los gallegos la solidaridad y el compromiso.

“Tengo amigos luchando en Ucrania sin preparación militar”

Sus palabras escenificaron el horror de sus paisanos. “En mi ciudad nadie recoge los cadáveres porque nadie sabe qué hacer con ellos”, clamó Nataliya Kondrashkina, micrófono en mano, ante los asistentes a la concentración, que respondieron con gritos, en español y ucraniano, en rechazo a la guerra. Paz para Ucrania. Myr dlya Ukrayiny.