A simple vista, parecen esculturas. Si se agudiza el ojo, se revela la verdad: modelos pintados de colores metálicos que posan, con maneras de contorsionista, ante el objetivo de la cámara de Lázaro Louzao. El fotógrafo gallego inauguró ayer su nueva exposición fotográfica en la galería de arte BlackBox, A idade dos metais, que explora el desnudo masculino a través de la magia cromática de los metales. Oro, plata, cobre y piel.

“Los modelos están pintados de arriba a abajo en esos tonos. El objetivo es buscar el lado más onírico de los metales, no tanto el aspecto más industrial”, explica el artista. La serie fotográfica explora, a su modo, los trampantojos de la imagen: de las esculturas doradas que evocan las estampas del Antiguo Egipto, a los posados plateados que simulan, sin serlo, el blanco y negro. “Los plateados recuerdan un poco a la bóveda celestial, o a ese cine que hacía Meliés en los orígenes”, reflexiona Louzao.

La muestra, financiada en gran medida gracias a la subvención municipal Presco, explora una de las temáticas más recurrentes en la obra del también cineasta Lázaro Louzao, autor del primer largometraje en gallego de temática LGBT y galardonado en 2020 con el premio Marcela y Elisa que otorga la asociación ALAS A Coruña. “El desnudo masculino no suele tratarse como objeto, a diferencia del femenino, que a veces no tiene nada de artístico. El masculino está más circunscrito al mundo del arte, menos contaminado. Ahora hay muchas artistas mujeres que están abordando el desnudo femenino a través del empoderamiento. Es una lucha que apoyo, pero, como hombre, no me corresponde dirigirla”, señala Lázaro Louzao.

A este respecto, el fotógrafo ha publicado un libro, Palpar a pel, que recoge toda la creación fotográfica del autor que gira en torno a este tema, y que ya ha presentado en A Coruña, Bilbao y Barcelona. El volumen recoge un total de 220 piezas de desnudos masculinos artísticos fotografiados desde 2009, con prólogo del artista y performer Abel Azcona y epílogo del colectivo artístico Los Picoletos. Toda una vuelta al ruedo tras el erial cultural que supuso, en muchos casos, la huella de la crisis sanitaria, pero que ya empieza a desaparecer. “La pandemia me dejó apático. Casi no creaba, estuve meses sin crear. Ahora me he ido reactivando, y ha sido como volver a la vida”, asegura Louzao.