La Opinión de A Coruña

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Los primeros pasos del puente de A Pasaxe

Un libro de José Carlos Alonso recuerda el diseño y construcción del viaducto original sobre la ría entre A Coruña y Oleiros

Plano del puente diseñado en 1896 por Juan M. Fernández. | // CEDIDA

El afán por documentar la historia reciente de los barrios de A Gaiteira, O Castrillón, Os Castros y As Xubias ha llevado a José Carlos Alonso Sánchez a lanzar una serie de publicaciones en las que se recogen fotografías y planos de estas zonas en los siglos XIX y XX. Pero la ausencia de imágenes y planos sobre los inicios del puente de A Pasaxe, a pesar de ser una infraestructura vital para la ciudad, le llevó a indagar sobre ella en el Arquivo do Reino de Galicia, donde le sorprendió la abundante documentación que allí se conserva.

El resultado de su trabajo se presenta ahora en una pequeña publicación que se encuentra a la venta en las tiendas Te lo compro y refleja curiosidades no conocidas por los profanos en materia, como que antes del puente de estructura metálica que se inauguró en 1901 existió un proyecto diferente que fue desechado cuando ya se había construido al menos parcialmente, por lo que fue necesario demolerlo.

Trabajadores de la obra del puente de A Pasaxe. | // CEDIDA José Manuel Gutiérrez

Hasta entonces, la ría se cruzaba por el puente medieval de O Burgo, que solo tenía 3,6 metros de anchura por lo que era difícil que dos carros se cruzasen en él y además implicaba dar un largo rodeo si el destino era el municipio de Oleiros. La única alternativa era atravesar el cauce del río Mero en As Xubias con la lancha que llegaba hasta la playa de Santa Cristina. Alonso señala que los primeros planos y diseños para un puente sobre la ría entre Perillo y A Pasaxe aparecen en 1887, con una anchura de seis metros. En 1892 se empieza a construir un puente con extremos de piedra y dos pequeños arcos que hacen de transición a la estructura metálica, compuesta por trece apoyos formados por entramados de barras de hierro.

En 1895 se decide que el puente pase a tener doce metros de anchura, lo que obliga a demoler parte de lo construido. Ese mismo año Juan M. Fernández Yáñez firma un proyecto que propone un puente de piedra maciza en los extremos, grandes arcos de piedra y zonas de pilotes metálicos con luces cortas. No se realizará, pero los pilotes metálicos aparecen de nuevo en otro proyecto del mismo autor de 1896 que duplica su anchura y ensancha la obra de piedra en la misma proporción.

Imagen de la construcción del puente entre 1892 y 1896, que luego se derribó para dejar paso a otro más ancho. | // CEDIDA José Manuel Gutiérrez

Este sería el diseño definitivo del puente, sobre el que Alonso considera que se eligió el hierro para su parte central porque “era muy liviano y barato”. En 1889 el ingeniero Adolfo Pequeño había diseñado un proyecto parecido pero proponía unos grandes arcos metálicos que obligaban a realizar unas cimentaciones profundas en una zona muy fangosa y además exigían el uso de una gran cantidad de material.

“La solución adoptada por Fernández fue enroscar los pilotes en el fango como si fueran un berbiquí, pero sin llegar a apoyar en firme”, explica Alonso, para lo que aprovechaba que la rosca era mucho más ancha en la punta y así hacía mucho más presión hacia el fondo. Cada pilote tenía además cuatro puntos de sujeción que se cruzaban con aspas.

Personas, animales y carros

Un aspecto destacado por Alonso es que el puente se diseñó pensando exclusivamente en el tránsito de personas, animales y carros, ya que el primer coche que circuló en A Coruña fue el del médico Ángel Durán en 1898, que probablemente fuera el único en toda la comarca cuando se inauguró el cruce de la ría por A Pasaxe. “No creo que se les pasase por la cabeza que los vehículos motorizados fuesen abrumadora mayoría algún día sobre el puente”, comenta sobre el objetivo de esta infraestructura.

Pero poco después de la apertura del puente de A Pasaxe se ponen en marcha los tranvías en A Coruña y, cuando se decide extender este medio de transporte más allá de la ciudad para llegar hasta Sada, no se elige este punto para salvar la ría, sino O Burgo.

Para Alonso, la razón de esta iniciativa, tomada en 1907, se encuentra en que para la instalación de los raíles del tranvía se hacía necesaria una plataforma de hormigón espesa sobre la superficie del puente que hubiera sido difícil de aplicar en el de A Pasaxe, ya que habría incrementando notablemente su peso, mientras que en el de O Burgo no hubo problema para instalarla debido a que estaba construido con piedra maciza.

El puente de los años setenta se construyó en dos fases

Al viejo puente metálico de A Pasaxe le sustituyó uno de hormigón en los años setenta del siglo pasado, cuando el tráfico de vehículos de motor se había multiplicado exponencialmente en A Coruña con respecto a las décadas anteriores. Fue puesto en servicio en 1978 después de varios años de obras, ya que primero se construyó una fase de tres carriles junto al antiguo y, cuando estuvo terminada, se demolió el original y luego se construyó la segunda fase.

En la actualidad existe un proyecto para duplicar la anchura del puente mediante la construcción de uno similar en la parte que mira hacia el exterior de la ría. Esta iniciativa no solo permitirá que haya cuatro carriles en cada sentido, sino también aceras y carril bici. José Carlos Alonso se declara “escéptico” sobre la utilidad de esta ampliación, ya que entiende que tan solo supondrá “llevar el atasco actual unos metros más allá”. En su lugar, propone apostar por la potenciación del transporte público en autobús para favorecer la comunicación en el área metropolitana, ya que advierte que la línea férrea solo discurre por el borde de la ría. En su opinión, la puesta en marcha de esta actuación “solo beneficiará a las constructoras”.

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