El legado de una grande se compone, casi siempre, a base de pequeñas piezas. El de María Casares, nombre imprescindible de la historia del cine y el teatro franceses, comienza a recomponerse en el año del centenario de su nacimiento. Lo hace tras años en los que, mientras que en Francia se la elevaba al Olimpo de los mitos, en España, su país de origen, se pasaba de puntillas sobre su aportación al séptimo arte y su irrepetible personalidad.
La exposición María Casares, actriz océano, comienza a saldar esa deuda con la intérprete coruñesa con todo un recorrido sobre su historia y sus vivencias, a través de imágenes que la retratan en distintas etapas de su vida y objetos que pertenecieron a su familia y a ella.
“La mayoría de piezas nunca fueron mostradas, y provienen de 35 prestadores diferentes. Así es el exilio, un puzzle. Es muy ilusionante. Había ganas de homenajear a María Casares”, asegura la comisaria de la exposición, la ensayista María Lopo, una de las grandes dinamizadoras del legado de Casares durante los años en los que la actriz no gozaba de tanta atención por parte de las instituciones.
La muestra está compuesta por objetos donados o prestados por distintos colaboradores, que tomaron parte, de una u otra manera, en la vida y en la trayectoria de Casares, como la Maison María Casares, que es la primera vez que lega objetos para ser expuestos, el Archivo del Reino de Galicia o los propios descendientes de la actriz, Michel y Danielle Casares, que donaron casi 300 objetos de su propiedad a la ciudad de A Coruña. Lopo destaca la aportación de familias particulares coruñesas, que custodiaron los objetos de la familia Casares Quiroga cuando esta partió al exilio. “Conservar estos objetos durante años es un acto de cariño, ética y valentía. Recopilar todo fue un enorme trabajo, pero mereció la pena”, reconoce Lopo.
Entre los retratos de las distintas etapas de su vida, los trajes originales que vistió en los escenarios y otros enseres personales, destacan algunos de gran simbolismo, como su primer cuaderno de notas de sus primeros días en Francia o la biblioteca personal de Santiago Casares Quiroga, que regresa a casa tras 100 años. “Es emocionante recuperar esos libros, de una biblioteca que fue robada y destruida. Están encuadernados con telas que él escogía, y ahora se quedarán en su casa museo”, adelanta.
La muestra, que parte de la infancia de la actriz en A Coruña, continúa con su adolescencia en Madrid, la guerra civil y el exilio, y repasa sus inicios y consolidación en los teatros franceses, podrá visitarse hasta el día 25 de julio.
