El Concello ha retirado las vallas de hierro que hasta ahora rodeaban los árboles del parque Carlos Casares, junto a la antigua prisión. Hace unos días, un niño de 12 años cayó en esta zona y se hizo una herida en la rodilla. Fue un corte muy profundo y necesitó 16 puntos para cerrarla. Ayer por la mañana, operarios del Ayuntamiento se encontraban en la zona para quitar todos los elementos.
La familia de Iago Paseiro, el niño que sufrió el accidente cuando jugaba al fútbol con unos compañeros tras salir de los campos de A Torre, alertó a este periódico de que estos cierres son “muy peligrosos”. “Pedimos que se quiten las vallas cuanto antes para que no vuelva a pasar. Es un auténtico peligro”, expuso Dolo Díaz, la madre del pequeño, el pasado miércoles.
Dos días después, estas vallas de hierro que sobresalen apenas unos centímetros de la hierba han desaparecido. Dejarán de ser un problema para aquellos que recorran el parque. Fuentes municipales no aclaran si este tipo de cierres se encuentran en más parques de la ciudad y si también se van a retirar. En este caso, estas vallas se colocaron en 2008, cuando se inauguró el parque Carlos Casares.