La Opinión de A Coruña

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“En la disforia de género la genética no determina, pero causa susceptibilidad”

“Mi investigación puede ayudar a mejorar los tratamientos hormonales que se aplican”

El psicólogo, investigador y novelista Enrique Delgado. | // LA OPINIÓN

Enrique Delgado (Santiago de Cuba, 1979) se licenció en Psicología en su país natal, donde fue profesor universitario e inició investigaciones en neurociencias. Asentado actualmente en España, donde ejerce en una clínica privada, se doctoró recientemente en la Universidade da Coruña (UDC) con una investigación sobre el estudio de marcadores genómicos asociados a la disforia o incongruencia de género, esto es, a personas que no se sienten del sexo biológico con el que nacieron.

Usted llega a la conclusión de que hay determinados marcadores genéticos más comunes entre la población con disforia.

Hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas, pero es importante decir que en todo caso es una susceptibilidad. Cuando se habla de genética, la gente tiende a pensar que un gen determina directamente el fenotipo [los rasgos que vemos, como la altura]. Pero en cuestiones complejas como esta, el gen determina en todo caso una probabilidad. En ningún caso se puede hablar de determinismo genético. Hay otros factores, sociales, psicológicos, ambientales, la epigenética [cambios no hereditarios en los genes].

Es decir, una persona puede tener esta predisposición en sus genes, pero esta se ve influida por la sociedad y otros factores.

Exactamente. La genética influye en las hormonas, pero estas variantes que encontramos en muchas personas con incongruencia de género se encuentran a veces en gente que no la presenta. Tener la variante genética no implica que se vaya a presentar incongruencia de género.

¿Cómo se pasa del gen al comportamiento? ¿Es una cadena nítida?

Para nada. No hay una línea directa: tenemos factores de combinación que posiblemente sean siempre inconmensurables, aunque espero que la ciencia los pueda dilucidar.

¿Qué uso tiene su investigación?

Las personas con incongruencia de género están siendo tratadas por expertos de varias disciplinas en las unidades de identidad de género que se han establecido para ello, y reciben terapia hormonal, además de psicológica y psiquiátrica. Se ha demostrado que someter a estas personas a tratamiento hormonal e incluso a cirugía mejora considerablemente su calidad de vida y autoestima. Con estas investigaciones somos una avanzadilla que va diciendo en qué lugares del genoma se puede buscar, lo que puede acabar mejorando los tratamientos hormonales [para cambiar el cuerpo de la persona y que este se adapte mejor a cómo lo siente]. Aunque esto sería ya una segunda investigación.

Usted realiza su investigación con la tecnología de Microarrays. ¿Qué tiene de novedoso y qué permite?

Apliqué esta tecnología, sobre todo, en la segunda parte de mi investigación. Con los métodos convencionales que se empleaban hasta hace poco y que usé al principio se investigan los genes uno a uno. Con esta tecnología se puede estudiar miles de genes a la vez, y la relación entre ellos. El coste económico y de tiempo es significativamente menor.

¿Trabaja con personas con disforia como psicólogo sanitario?

Sí. He podido ver en primera persona el sufrimiento emocional y conflicto psicológico que les supone.

¿Cómo lo aborda en la clínica?

Lo primero es esclarecer que sea incongruencia de género y no otro tipo de alteración: relacionada con la orientación sexual, una situación familiar otra alteración psiquiátrica con diagnóstico diferencial... Y la segunda parte es extremadamente compleja, pues se abarca absolutamente todo en la vida del individuo: su familia y su postura con respecto a la toma de decisión con respecto a la identidad de género; el conflicto interno que supone para el individuo; la orientación y formación con relación a las repercusiones físicas y psicológicas que tiene una determinada postura ante esta situación. Pero, sobre todo, generar en el individuo paz y equilibrio en relación a lo que siente y piensa.

¿Va a seguir investigando?

Una de las cosas en las que he pensado es intentar dilucidar en qué medida la presencia de estos genotipos puede influir en los efectos de la psicoterapia sobre problemas típicos de la incongruencia de género, como puede ser la ansiedad. Supongo que los individuos con mayor número de variantes genéticas relacionadas con la incongruencia de género presentan una menor eficacia de la psicoterapia sobre la reducción de los niveles de ansiedad.

Tiene tres novelas publicadas. ¿Cómo compagina la vertiente clínica, investigadora y de novelista?

Han sido vertientes distantes en mi formación, y la literatura ha sido un modo de expresar mi preocupación por el impacto que tiene la educación y el cuidado de las personas a cargo de niños sobre su desarrollo psicológico y comportamiento. Lo que planteo es que la salud mental de los cuidadores es extremadamente importante y la búsqueda del equilibrio que la genere lo es para los niños.

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