La Opinión de A Coruña

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Los ingresos en la lonja bajan un 15% frente a la facturación estable del resto de puertos gallegos

Las descargas caen diez puntos más, hasta el 28%, respecto a hace dos meses y acentúan su descenso hasta niveles de 2003 EEl conjunto de las lonjas de la comunidad vuelve a facturar en torno a los 242 millones en estas fechas

Pie de foto para la fotografía de Faro. | // FDV

Superado el ecuador de agosto y del verano, la lonja de A Coruña ha vendido en 2022 menos pescado que el año pasado en las mismas fechas y reducido su facturación. Las caídas son del 28,8% y del 15,1% respectivamente —10 puntos más en el primer apartado— y sitúan al puerto todavía en el primer puesto de Galicia en cuanto a toneladas descargadas, con 13.549 entre el 1 de enero y el 16 de agosto, pero en la tercera posición en el capítulo de ingresos, con 34,2 millones de euros, por detrás de las lonjas de Burela (39,1 millones) y Vigo (51,2).

Los datos de la actividad en las lonjas gallegas son provisionales, las cofradías los recogen en las estadísticas de pescadegalicia.gal y se los trasladan a la Consellería do Mar. El balance global hasta el momento ofrece un diagnóstico favorable y alentador en el sector pesquero, pese al encarecimiento de los servicios y productos, que se debe a la mejor cifra interanual de facturación de los últimos tres años, con casi 242 millones de euros entre los 61 puntos de venta de la comunidad. Es un poco menos que en los siete primeros meses y medio de 2021 y cinco más que en el mismo periodo de 2020.

“Comparar este año con los demás no sirve. Aunque la actividad en las lonjas es normal, hay factores que pesan, como el aumento del precio del combustible, que obliga a hacer cuentas a los armadores. Con los costes altos, cuesta salir adelante, cuesta tener rentabilidad. Si vas a capturar bonito en la costa vasca, ya lo dejas allí, no contratas un camión para llevarlo hasta Galicia. Y hay barcos que ya no salen a faenar los viernes”.

La valoración corresponde a la presidenta de la Asociación de Subastadores de Pescado y Marisco de A Coruña, Sonia Revert, que evita comparar la actividad en los muelles en lo que va de año con la de años anteriores. Insiste en que no hay “grandes cambios”, pero dice que el año es “una anomalía” por la inflación que afecta a todos los sectores y por otras circunstancias como el paro en el transporte en el mes de marzo, que afectó también a las operaciones portuarias. Responsables de la lonja prefirieron no analizar la evolución en lo que va de año.

A Coruña roza a estas alturas de 2022 la mitad de todo lo descargado en 2021, que fue algo más de 28.100 toneladas, y supera por poco la mitad de los ingresos totales, de 64,5 millones. La tendencia en cifras, que hace dos meses llegaron al nivel más bajo desde 2003 según la misma fuente, muestra sin embargo que a mediados de agosto la lonja tenía más pescado capturado y a la venta en todos los años anteriores, en los que no había bajado de las 20.000 toneladas salvo en 2021. La comercialización de las especies, que ahora llega a los 34,2 millones, siempre superó los 39 millones de euros en la última década y se movió entre los 45,5 y los 53,4 millones entre los años 2013 y 2019.

Entre las principales lonjas de Galicia, a día de hoy la de Burela presenta una facturación provisional inferior a la que tenía hasta mediados de agosto del año pasado (cuatro millones más, 43,4 frente a los 39,1 de ahora). En Vigo, Celeiro y Ribeira, esta con un volumen de descargas que se aproxima al de la lonja coruñesa, 13.373 toneladas, los ingresos crecieron en distinta medida de un año para otro, con Vigo en cabeza.

Las estadísticas de pescadegalicia.gal reflejan que el precio medio de pescado cobrado en la lonja de A Coruña es de 2,53 euros, medio euro y un euro menos que lo que se pide en Celeiro, Burela y Vigo, pero más alto que en el mercado de Ribeira. El año pasado el kilo de pescado se pagó a 1,95 euros, un valor también más bajo que en las lonjas mencionadas.

El hecho de que los precios por kilo sean inferiores a otras lonjas no quiere decir que la de A Coruña pase por una etapa de crisis; tampoco que sea menos rentable, pues la flota de altura también tiene costes y limitaciones diferentes a la de bajura. Aunque hay menos oferta de especies de alta mar que hace décadas, actualmente unos 500 compradores acceden diariamente a la lonja coruñesa, incluyendo placeros de la ciudad y de otros mercados gallegos, vendedores ambulantes y grandes mayoristas y exportadores de pescado.

Este año ha habido poco jurel, apunta Revert, pero no hubo quejas por la sardina y apareció el bonito. Desde las plazas de abastos de la ciudad, los profesionales del sector han lamentado a lo largo del año la pérdida de competitividad por la dificultad de conseguir determinadas especies a precios razonables, algo que sí era más factible hace una década. Ello obliga a que algunas placeras tengan que movilizarse más para obtener para sus clientes mercancías en otras lonjas.

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