Como una despedida veraniega más, el parque de Santa Margarita puso el punto y final a las fiestas de María Pita. La romería volvió a ocupar el último fin de semana del mes de agosto con tres jornadas de actividades tradicionales, música y muchos encuentros de familiares y amigos en el pulmón verde que rodea la Casa de las Ciencias. Después de dos años de ausencia por la pandemia, el folclore regresó. Lo hizo con menos puestos que antes, pero con las mismas ganas de disfrutar del día en el parque.

Un joven cocina churrasco, en Santa Margarita. | // VÍCTOR ECHAVE

Este domingo, día grande de la romería, comenzó al mediodía con una actuación de la Banda Municipal de Música en la escalinata delante del museo. Para algunos, la jornada empezó unas horas antes. Las comidas familiares, habituales en esta jornada, volvieron a ocupar las mesas del parque. Los más madrugadores llegaron a primera hora de la mañana, en torno a las 07.00. Y los más previsores hicieron noche para quedarse con un buen puesto. Sin las mesas cubiertas ni las fijas al aire libre, muchas familias, algunas con cinco generaciones, optaron por llevar todo desde sus casas, con mesas y sillas de playa bajo los árboles, o directamente en una manta en el suelo. El tiempo acompañaba, en cualquier caso, para que todo el mundo disfrutase de los manjares compartidos. El pollo asado, el lacón y las tortillas fueron platos seguros sobre los manteles. Máxima libertad creativa en los postres, desde “frutas de la aldea” hasta larpeiradas, tartas y ensaimadas, caseras y de negocios locales.

Participantes en la romería de Santa Margarita. Víctor Echave

Tampoco faltó la oferta de los negocios de comida. El churrasco y el pulpo hicieron las delicias de los comensales en la entrada principal del parque por la ronda de Nelle. En la cuesta hacia el planetario, apostados a ambos lados de la carretera, los bancos se intercalaron con los puestos tradicionales de la romería. “Este año hay menos negocios que antes”, comenta Álvaro Moreira, uno de los comerciantes. En su puesto despachó melindres y roscas empaquetadas. Los números fueron buenos, pero echó en falta la afluencia que recordaba de las ediciones previas a la pandemia. En esta zona, frente a su puesto, también se podían consumir y probar varios tipos. Más arriba, Hornos Rosmar vendió todo tipo de productos a buen ritmo. Las rosquillas fueron el atractivo principal, pero también promocionaron los productos de su obrador como el pan, los dulces y las empanadas. Sobre este producto, echaron en falta el habitual concurso de empanadas que ganaron en varias ocasiones.

Miembros de Podemos y Esquerda Unida celebran la romería de Santa Margarita. Víctor Echave

Con las atracciones infantiles, la música fue el otro gran atractivo al final de la jornada. El grupo de folk Milladoiro ofreció su sonido instrumental al caer la noche en el anfiteatro. Les sucedió Xisco Feijoó como colofón del espectáculo. Entre ambos, los fuegos artificiales surcaron el cielo de un parque que se desquitó las ganas de fiesta.