El antiguo cine París volvió ayer a sus días de película. Fue de mano del festival de arte contemporáneo y cine Intersección, que en su quinta edición ha trasladado su sede principal al emblemático edificio de la calle Real (primero cine, luego tienda de ropa y ahora en proceso de conversión a local de hostelería). Por la noche acogió el encuentro inaugural y una fiesta, y a las 21.00 horas la actividad Conexión Atlántica by 1906, que combinó arte, gastronomía y cerveza.

El protagonista artístico fue el artista David Catá, que presentó A fraxilidade da memoria, un concierto autobiográfico en el que exploró cuestiones como el recuerdo y el luto a través de música de composición propia. Al mismo tiempo, el cocinero Adrián Felípez, de La taberna de Miga, ofreció un menú degustación. Los asistentes pudieron catar también cerveza de la empresa coruñesa Hijos de Rivera. Hoy se proyectarán en el cine varios cortos a partir de las 22.30 horas, como La fiesta del fin del mundo, Helix Aspersa, 73 Abrazos cordiales o Contracción da atracción.