La Opinión de A Coruña

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Los polígonos exploran compras conjuntas de energía y reducen horas para afrontar la subida

Los altos precios impulsan la instalación de paneles solares en las empresas y la apuesta por la eficiencia energética

Polígono de Agrela. | // Carlos Pardellas

El incremento del precio de la energía, ahora el doble de cara que el año pasado, está obligando a cambiar de hábitos a las empresas de mediano y gran tamaño de los polígonos de A Coruña y la comarca. Entre paros parciales, temores de cierre y “pérdida de competitividad” de las compañías más dependientes de este gasto, el sector, informa la patronal, está optando por estrategias como pactar compras conjuntas de luz y gas, concentrar horarios y potenciar el teletrabajo.

El golpe está llegando a todos, según explica el presidente de la Confederación de Empresarios de La Coruña, Antonio Fontenla. “La media de los costes energéticos está un 84,2% por encima de los de hace un año”, indica, en base al Índice de Precios Industriales, y esto “tensiona, y mucho, los balances de las empresas”. Las más afectadas son las electrointensivas, de las que algunas ya han iniciado “ajustes en la producción”. En la comarca “estamos empezando a ver iniciativas colectivas en busca de mejores precios de los suministros”, y la Confederación “percibe un fuerte avance del autoconsumo, con instalaciones fotovoltaicas”.

Otras empresas, señala Fontenla, optan por buscar una “mayor eficiencia” en el consumo eléctrico, y “flexibilidad” en la producción. Por ejemplo, señala el presidente de la confederación, hay compañías que están “comprimiendo” sus horarios y “adoptando medidas como el teletrabajo”. La confederación reclama “medidas de apoyo” desde las administraciones para paliar el “duro golpe” de la inflación.

Un golpe particularmente duro, señala la Cámara de Comercio, dado que no se puede trasladar a los compradores, con lo que las ganancias se contraen o desaparecen. “La subida del precio de las materias primas no se puede repercutir en el precio final del producto” indican fuentes de la entidad, y esto “afecta al margen de las empresas, con la consiguiente pérdida de competitividad”. Un fenómeno que, recuerdan, afectan en conjunto a España y Europa.

Los fenómenos que denuncia la patronal se pueden ver, con casos concretos, en los polígonos de la comarca, en especial en aquellos que se centran en la actividad empresarial e industrial. En el de Agrela afecta a sus principales empresas: el presidente ejecutivo de la Corporación Hijos de Rivera , Ignacio Rivera, señaló esta semana que los costes de electricidad de su compañía se han duplicado.

La gerente de la asociación de empresarios del polígono, Teresa Firvida, indica que el escenario es “complicado” porque la subida de la factura energética se une a la inflación y escasez de otros suministros y el incremento de los costes laborales, y “no se puede repercutir todo el sobrecoste en los clientes”.

El fin de año es “incierto” y la compra conjunta de luz y gas, si bien se ha “valorado en varias ocasiones”, se complica en Agrela por la heterogeneidad de las compañías asentadas en este polígono. “Seguimos recibiendo propuestas de empresas que se dedican a eso para ver si podríamos llegar a conseguir algo que aporte una ventaja real, o que no se quede solo el beneficio en el primer año”, explica Firvida, que pide a las administraciones públicas que hagan un “mayor esfuerzo” no en ayudas, pero sí en la flexibilización de pagos y trámites administrativos.

En el polígono de Sabón, en Arteixo, la mayoría de las empresas son de tamaño mediano o grande. Su gerente, Marta Marzoa, explica que algunas han tenido “afecciones importantes”: el caso más extremo, explica, es el de Ferroglobe, que esta semana ha presentado a sus sindicatos un ERTE para toda la plantilla debido a la “grave situación del mercado energético” y este verano paró uno de sus tres hornos. Esta complicada situación, afirma la gerente, se mantendrá “mientras no haya acuerdos globales, o para determinadas industrias, sobre el precio de la energía”.

Por lo demás, las compañías del polígono se suman a las estrategias para sobrevivir a la crisis energética. “Se utilizan gabinetes de asesoría energética, a través de asociaciones sectoriales más específicas, para fomentar la compra agrupada de luz y gas para conseguir contratos en las mejores condiciones”, explica Marzoa. Así pueden asegurarse precios fijos y “hacer una mejor planificación para el futuro”.

Otra medida consiste en concentrar temporalmente la producción “para tener la mayor parte del tiempo posible las máquinas paradas”, agrupando las tareas, encendiendo las máquinas solo a determinadas horas y parando el resto del tiempo para ahorrar el gasto de energía.

Algunas de las compañías del polígono, indica Marzoa, trasladan que se ven obligadas a repercutir parte del incremento de la luz en los clientes, pero no todo “para no perderlos”. Esta solución hace que disminuyan sus márgenes y, al tiempo, se reduzca su competitividad.

Entre los polígonos, Pocomaco es el menos afectado, según explica la presidenta de los empresarios, Luisa López, pues hay “muy poca industria con un consumo elevado”. La excepción son compañías dedicadas a los congelados, con cámaras de frío. “Alguna ha instalado placas fotovoltaicas para reducir la dependencia energética”, indica.

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