El traslado de Repsol saca de A Coruña los grandes petroleros y mantiene los pequeños hasta 2027

Buques de 250 metros de eslora operarán ya en Langosteira con el estreno de la terminal el 3 de marzo, mientras los de hasta 150 cargarán en los muelles interiores productos refinados desde Bens al menos hasta el fin de la concesión

Instalacions de Repsol Petróleo en San Diego.

Instalacions de Repsol Petróleo en San Diego. / Víctor Echave

La inauguración de la terminal de Repsol en el puerto exterior de A Coruña la próxima semana dará oficialidad al traslado del 60% de la actividad que la petrolera realiza hasta ahora en los muelles de la ciudad. Con este paso, acordado por la compañía y la Autoridad Portuaria en octubre de 2013, dejarán de atracar grandes petroleros en las dársenas de la zona de San Diego, donde a partir de ahora solo llegarán buques de menores dimensiones para la carga de productos refinados (gasolina, diésel, fuel oil...) procedentes de la refinería de Agrela-Bens a través del oleoducto, puesto que el crudo y los graneles sólidos (coque, azufre) se cargarán y descargarán solamente en punta Langosteira.

La presencia de estos petroleros más pequeños, de entre 100 y 150 metros de eslora, según fuentes portuarias, se mantendrá en las instalaciones de Repsol en el muelle Petrolero de San Diego hasta por lo menos diciembre de 2027, fecha en la que concluyen las concesiones de los operadores portuarios allí instalados. Esta misma semana está prevista la llegada de dos barcos de 116 y 145 metros de eslora, y otro de 185, a las instalaciones de Repsol Petróleo en los muelles interiores. Los petroleros grandes que hasta ahora atracan en la ciudad y ya dejarán de hacerlo llegan hasta los 250 metros de longitud entre proa y popa, señalan las mismas fuentes.

El traslado de más de la mitad de los tráficos de Repsol a Langosteira se articuló mediante un acuerdo de hace casi diez años en el que se incluían la carga y descarga de graneles sólidos como azufre y coque, que ya se realizan desde 2015 en la dársena exterior, y de crudo, que representan el 56% de la actividad portuaria de Repsol en A Coruña y que desde marzo no se harán más en los muelles de la ciudad. La compañía opera en ellos desde 1964 y la concesión finaliza en 2027.

Aquel acuerdo no recogía la segunda fase del traslado de la multinacional petrolera a punta Langosteira, y aunque pocos días después el Puerto admitía que ya negociaba la etapa siguiente sin fijar aún plazos, hasta ahora no se ha comunicado ningún nuevo acuerdo.

La operación de traslado de Repsol al puerto exterior supuso, según dicho acuerdo, que en la primera fase la Autoridad Portuaria debía compensar a la empresa con 24 millones de euros por abandonar sus instalaciones en San Diego, asunto que las dos partes llevaban años negociando. Esa cantidad no afectaba a la segunda fase, por lo que se desconoce de momento si el Puerto deberá asumir otra compensación económica a Repsol.

El acuerdo inicial, que preveía la conclusión del primer traslado en 2018, dejaba otros interrogantes, como saber si la empresa necesitaría contar con más superficie en Langosteira en la segunda fase para ampliar instalaciones; o la fecha de construcción del poliducto con el que el crudo sería canalizado de forma subterránea entre la refinería y la dársena exterior. Esta infraestructura empezó a construirse en marzo de 2021 —tres años después de la previsión inicial del traslado— y terminó en diciembre de 2022.

También quedaba sin definir en el acuerdo entre Repsol y el Puerto qué uso se le darían a los 26.400 metros cuadrados que la petrolera dejaría libres en San Diego al finalizar su concesión, donde el llamado Plan Busquets que ordenaba los terrenos portuarios permitía la edificación residencial. Los gobiernos locales que se han sucedido desde 2013 han realizado estudios y propuestas sobre los futuros usos que tendría esa zona, aunque han reservado sus conclusiones hasta el final de las concesiones en 2027.

La nueva terminal

El traslado del 60% de la actividad de Repsol a Langosteira le permitirá usar 30.000 metros cuadrados de superficie, donde dispondrá de un pantalán de uso exclusivo de 520 metros y calados de 24 metros para buques de hasta 200.000 toneladas de peso muerto (la medida que determina la capacidad de carga de un buque). Repsol ha invertido un total de 126 millones de euros, 35 destinados al pantalán, siete para las modificaciones necesarias realizadas en la refinería y 80 para el poliducto que une la dársena con las instalaciones industriales de Agrela-Bens, cuyas pruebas para su construcción concluyeron en los últimos dos meses. La terminal tiene instalaciones para seguridad, sala de control y sistemas de descarga de crudo, contraincendios, atraque y líneas de transporte de producto.

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 El Puerto cerró el primer mes del año con un aumento interanual del 6% en su actividad de tráficos, con el que mantiene la tendencia positiva registrada en 2022. En enero se movieron 1,24 millones de toneladas de producto, frente a los 1,17 del año pasado. El sector con mejor comportamiento ha sido el de graneles sólidos, con un 12%, crecimiento vinculado al posicionamiento de Langosteira como “el principal centro logístico del noroeste de España en graneles agroalimentarios”, y al “papel estratégico en el actual contexto del tráfico marítimo internacional como nodo de intercambio de mercancías entre continentes, en productos como coque, fertilizantes o carbón”, destaca el Puerto en una nota. Los graneles líquidos crecieron un 8,5%, destacando el tráfico de petróleo crudo. El sector pesquero tuvo un descenso del 14%, afectado por la subida del precio de los combustibles y las restricciones de cuotas de la UE.

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