La ampliación de Alfonso Molina reducirá a 70 por hora la velocidad en los carriles centrales

Los otros dos exteriores en cada sentido estarán limitados a 50 por hora | El tráfico procedente de A Pasaxe no podrá desviarse a la derecha tras la conexión con la AP-9 hasta llegar al desvío que accede a la rotonda de Matogrande

Tramo de Alfonso Molina entre Ponte da Pedra y la AP-9 en el que ampliarán dos carriles.

Tramo de Alfonso Molina entre Ponte da Pedra y la AP-9 en el que ampliarán dos carriles. / Casteleiro/Roller Agencia

La dotación a la avenida de Alfonso Molina de un carril más en cada sentido entre Ponte da Pedra y la conexión con la AP-9, de forma que habrá ocho en la calzada, tendrá efectos directos sobre la forma en la que se circule en este tramo, ya que la velocidad máxima a la que se podrá circular será de 70 kilómetros por hora en los cuatros carriles centrales. Los otros tantos exteriores verán incluso reducida su velocidad aún más, ya que serán señalizados para que se circule a solo 50 kilómetros por hora.

La velocidad está limitada en Alfonso Molina en la actualidad a 80 kilómetros por hora en los tres carriles de entrada desde A Pasaxe hasta la altura de la estación de autobuses, donde se limita a 50 por hora. En el sentido de salida es en ese mismo punto donde se autoriza a alcanzar los 80 por hora en los tres carriles.

La reducción a 70 por hora es una política que aplica desde hace tiempo la Dirección General de Tráfico en numerosos puntos con una intensidad de tráfico elevada. En la zona de A Coruña tienen esta limitación el túnel de Eirís en la carretera AC-10 y el tramo de las curvas de Biona en la AC-12, aunque la DGT considera que esa velocidad debería ser la máxima en todas las vías que carezcan de una limitación física entre carriles con el fin de evitar las colisiones.

La procedencia de un elevado número de vehículos desde la AP-9, en la que se puede circular a una mayor velocidad, y el carácter descendente del sentido de entrada llevan a que muchos conductores sobrepasen los límites establecidos. Este factor, junto con los múltiples cambios de carril que se producen en ese tramo con el fin de tomar los diferentes desvíos, hace que en este tramo se produzcan numerosos accidentes que congestionan tanto la avenida como las vías que convergen en ella en la ciudad y los municipios del entorno.

Este nuevo límite de velocidad figura en el proyecto de ampliación de este sector de la avenida elaborado por el Ministerio de Transportes cuya licitación será abierta en los próximos días. Otra de las medidas que adoptará el proyecto para evitar las colisiones entre vehículos será modificar la regulación de tráfico en el sentido hacia la ciudad, ya que los vehículos procedentes de la autopista a través de los dos carriles de que dispondrán podrán dirigirse al centro y tomar el desvío hacia Matogrande y Pocomaco, pero no podrán torcer hacia los dos carriles centrales de la avenida.

Para ello se pintará sobre la calzada una línea continua que dividirá en dos parejas los carriles del sentido de entrada e incluso el proyecto plantea la posibilidad de instalar balizas cilíndricas que advertirán de la prohibición de paso a uno y otra lado, aunque podrán ser rebasables por los vehículos en caso de emergencia.

A su vez, quienes procedan del puente de A Pasaxe, al llegar a la salida de la autopista no podrán desviarse a la derecha para acceder a Matogrande y Pocomaco por el primer desvío, sino que tendrán que hacerlo por el situado antes del viaducto de la avenida de San Cristóbal y que todos los conductores identifican por el barco pesquero existente en uno de sus márgenes. Desde allí accederán a la rotonda de Matogrande, en la cual podrán acceder a ese barrio o continuar hasta Pocomaco.

El proyecto de ampliación destaca como “principal ventaja” de la nueva regulación de los carriles es que “consigue una mayor ordenación de los vehículos clasificándolos en función de su destino” . También destaca como ventaja que se “evita la congestión del carril ubicado más a la derecha”, ya que todas las salidas de la avenida se realizan por este lado de la calzada, de forma que con la solución adoptada “el tráfico se puede distribuir a lo largo de los carriles de la calzada en función del destino deseado”. Esta opción permitirá además crear el nuevo enlace hacia Xuxán, que se construirá posteriormente, durante la fase de integración ambiental de la avenida.

Supresión del acceso directo a la Seat

La remodelación de Alfonso Molina implicará la imposibilidad de acceder al concesionario de Seat y al edificio de sindicatos situado en su parte posterior desde la propia avenida, ya que solo podrá hacerse desde el vial que parte de la avenida García Sabell, más conocido como carretera de Pocomaco. La ampliación de la calzada en este sector no afectará sin embargo a las viviendas existentes en el lugar de A Pereiroa, entre la Seat y el desvío al campus universitario, ya que seguirán siendo accesibles desde la propia avenida, al igual que sucederá con la calle Lamelas, que permite llegar al núcleo de San Vicenzo de Elviña, y la de Antonio Ínsua Rivas, que enlaza con la Universidade da Coruña. Un poco más adelante, también en sentido de salida de la ciudad, se suprimirá el acceso a la iglesia de Elviña y el existente en el margen derecho de la gasolinera, ya se considera que genera “conflictos con las numerosas conexiones que se disponen en una longitud muy reducida”. La solución que se adoptará para llegar a los edificios existentes en esa zona será utilizar las calles Lamelas y Antonio Ínsua Rivas. A pesar de estos cambios, la estación de servicio conservará sus actuales entrada y salida. El proyecto prevé además el mantenimiento de la mediana de la avenida, ya que considera que la instalación de otra con unas mayores dimensiones “dificultaría la ampliación de carriles” hasta el punto de advertir de que “incluso impediría alcanzar los objetivos previstos en el proyecto”.

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