Así ha cambiado la plaza de Pontevedra, en A Coruña, durante los últimos 100 años

Este emblemático enclave de la ciudad se convirtió en una gran rotonda en los años 70, cuando el peatón perdió el protagonismo frente al tráfico rodado

La plaza de Pontevedra es uno de los espacios más icónicos de A Coruña debido a su céntrica ubicación, que la convierte en paso obligado para múltiples desplazamientos. A lo largo de los últimos 100 años ha tenido muchas caras, desde el enorme espacio peatonal que primaba a principios del siglo XX, la enorme glorieta de los años 70, el resbaladizo suelo que se colocó en los 80 y el aspecto actual, que intenta recuperar los orígenes de esta zona. Además, aunque a los más jóvenes no lo recuerden, llegó a albergar una plaza de abastos y una gasolinera.

A principios del pasado siglo este enclave era un lugar habitual de contratación de las cuadrillas que acudían a hacer la siega en Castilla y Andalucía. Según recoge la publicación Calles con historia, de Alfonso García López, “los campesinos aspirantes a segadores esperaban” pacientemente, bajo la sombra de los árboles, “la deseada contratación que aliviaría durante algún tiempo la penuria de la familia”. Posteriormente, “durante muchos años fue centro neurálgico del servicio de trolebuses y tranvías”.

¿Cómo era el aspecto original de la plaza? Contaba con una amplia zona verde central, que estaba franqueada por dos pequeñas calles, una delante del Eusebio da Guarda y otra en el otro extremo. Destacaba la presencia de una hilera de árboles.

La plaza de Pontevedra en 1986

La plaza de Pontevedra en 1986 / Xosé Abad

El antes y el después de 1970

La década de 1960 supuso un antes y un después para la plaza de Pontevedra, ya que el Ayuntamiento proyectó una reforma radical de este punto para convertirlo en una gran rotonda con un claro predominio del espacio para los vehículos frente al de los peatones. En el centro se diseñó un aparcamiento subterráneo con una plazuela en la parte superior. La prensa de la época afirmaba que “la plaza de Pontevedra será pronto quizá la mejor plaza de A Coruña”.  El 22 de julio de 1970 fue inaugurado el nuevo aspecto de este emblemático punto de la urbe. El parking, que funcionaba permanentemente durante las 24 horas del día, tenía capacidad para 150 vehículos con unos accesos fáciles, según señala el libro Cronología Coruñesa 1901-1993, de González Catoyra.

Sobre el techo del estacionamiento se construyó un pequeño parque infantil, se instalaron parterres y fuentes. Hacia un lado se habilitaron unas gradas en forma de auditorio pensadas para acoger actividades. Por otro lado, se desplazó el surtidor de gasolina que ya existía previamente. La reforma también incluyó la ejecución de “un estupendo inmueble de línea moderna destinado a cafetería restaurante”, según recogía la prensa de entonces. Se trataba de la hoy denominada cafetería Manhattan. El proyecto fue obra del arquitecto Fernández Albalat.

La plaza de Pontevedra en el año 2000

La plaza de Pontevedra en el año 2000 / Aguete

La plaza resbaladiza de 1989

Este aspecto de la plaza no duró demasiados años. El 3 de agosto de 1989 fue inaugurada una nueva remodelación tras cerca de dos años desde que se iniciaran las obras de demolición de la antigua estructura de hormigón. La obra afectó tanto a su superficie como a su subsuelo, en el que se construyó un nuevo aparcamiento con capacidad para 1.000 vehículos que sustituyó al anterior.  Fueron instaladas la estatua de la Eusebio da Guarda y la Paloma de Picasso, a cuyas personalidades se pretendía rendir homenaje. El diseñador de esta actuación fue Antonio Vázquez Liñeiro, que se definía como “diseñador urbano”.

La publicación Cronología Coruñesa 1901-1993, de González Catoyra, plasmó cómo el acto de inauguración, presidido por el entonces alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez. “Se inició a las ocho de la tarde, con el grupo folklórico Cantigas da Terra. Francisco Vázquez resaltó, en su discurso, el carácter de lugar de encuentro para todos los coruñeses que la plaza inaugurada significaba, así como su función de eje del transporte urbano que, tomándola como punto de partida, se distribuiría por toda la ciudad”.

Esta actuación supuso la creación del aspecto peatonal delante del Eusebio de Guarda, que se caracterizaba por su resbaladizo pavimento, y la colocación del Manhattan en el centro de una glorieta, igual que hoy en día.

La plaza de Pontevedra en 2023

La plaza de Pontevedra en 2023 / Víctor Echave

La tercera reforma en 2008

Dos decenios después, el Ayuntamiento coruñés llevó a cabo otra remodelación de la plaza, aunque, en esta ocasión, de menor envergadura. Para ello puso en marcha un concurso de ideas, que fue ganado por el arquitecto coruñés José González-Cebrián Tello con su proyecto Reflejo del pasado. Las obras comenzaron en abril de 2008 y concluyeron en febrero de 2009 con una plaza de Pontevedra sensiblemente mejorada con respecto a la que se había diseñado a finales de los años ochenta tras la construcción del aparcamiento subterráneo.

González-Cebrián trató de recuperar el carácter que había tenido en el pasado este espacio como punto de encuentro y de paseo para los coruñeses, ya que las reformas realizadas en las últimas décadas habían hecho desaparecer su configuración original al dar prioridad a los vehículos sobre los peatones. El arquitecto propuso la eliminación de la cafetería que ocupaba el punto central de la plaza y la prolongación del túnel hasta el inicio de la calle Juan Flórez, pero el primer punto fue descartado por la indemnización que habría que conceder al concesionario del establecimiento y el segundo se aplazó para una posterior fase que nunca llegó a realizarse.

Este céntrico espacio de la ciudad también llegó a acoger una plaza de abastos. Lo hizo durante un período de tres años, entre 2003 y 2006, cuando se habilitó un inmueble provisional para que los placeros pudiesen desarrollar su negocio mientras se reformaban las instalaciones de la plaza de Lugo.