La declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la Casa Cornide, en A Coruña, adquiere hoy carácter oficial con su pulicación este viernes 12 de mayo en el Diario Oficial de Galicia (DOG), que excluye de forma expresa la mayoría de los bienes contenidos en el interior de este inmueble, en manos de la familia Franco, aunque el DOG recuerda que a partir de ahora será obligatorio permitir visitas. El Consello de la Xunta declaró el pasado 27 de abril BIC la Casa Cornide, un inmueble en manos de la familia Franco en el casco histórico de A Coruña, en el número 25 de la calle Damas, en concreto frente a la colegiata de Santa María.

El DOG publica hoy el decreto con esta resolución sobre un inmueble cuya propiedad es objeto de controversia en la actualidad, pues tras ser propiedad de la familia Cornide pasó a ser pública y entonces, en una operación durante la dictadura, el Ayuntamiento de A Coruña la subastó y acabó en manos de Carmen Polo, viuda de Franco, por lo que el Consistorio ha anunciado acciones judiciales para recuperarla.

El inmueble, cuya antigüedad se desconoce, aunque los expertos lo sitúan en el siglo XVIII, es uno de los pocos ejemplos que queda de la arquitectura residencial de la Ilustración en Galicia, y en él vivió una de las más destacadas personalidades do Siglo de las Luces, el polígrafo coruñés José Andrés Cornide Folgueira e Saavedra.

La declaración de BIC incluye, como es preceptivo, la obligación a los titulares de permitir "su visita pública gratuita un número mínimo de cuatro días al mes durante, al menos, cuatro horas al día, que serán definidos previamente".

"El deber de permitir el acceso no se extenderá a los espacios que constituyan domicilio particular o en los que pueda resultar afectado al derecho a la intimidad personal y familiar", recoge el decreto.

No obstante, éste excluye de forma expresa de la declaración de BIC, por lo que podrían ser retirados en cualquier momento, la mayoría de los bienes del interior.

LOS BIENES

De hecho, en su descripción, relata que en la planta baja hay una escultura pétrea de Santiago apóstol, una placa pétrea con una representación de la virgen y un artesonado de madera.

"Ninguno de estos tres elementos parece conformar, ni por sus características, ni por su posición ni por su instalación, parte integrante original del inmueble, ni se puede establecer ningún vínculo con el bien cultural", relata.

En la planta baja incluye en la declaración dos capiteles, en el primer piso añade unos arcos tudor y una chimenea, y en el segundo piso unas puertas y otra chimenea.

En el bajo cubierta, sin embargo, detalla que "actualmente, no se conserva ningún bien mueble que se pueda vincular con el inmueble objeto de esta declaración de bien de interés cultural".

Esta situación de los bienes muebles es similar a la ocurrida en el Pazo de Meirás, en el municipio coruñés de Sada, donde la Justicia tuvo que entrar a determinar cuáles se consideraban incluidos en el inmueble, una condición que se extendió a medio centenar.