De la cárcel de la Galera a todas las demás

El Premio Nacional de Narrativa tuvo, este año, nombre gallego y sabor coruñés. La escritora Marilar Aleixandre descubría, en As malas mulleres, uno de esos secretos ocultos en el plano de A Coruña: la calle Galera, una de las más populares del callejero, toma su nombre de la prisión de mujeres que un día se asentó en esa vía, de la que hoy no queda, no obstante, testimonio alguno a la vista. La revelación picó la curiosidad de un grupo de jóvenes de Adormideras, que decidió ir más allá. Fruto de eso nace Mujeres en Galera: acercamiento a las instituciones penitenciarias femeninas, una investigación que ahonda en la historia de los penales femeninos, absorbida por el tabú y el olvido, y que les ha valido una mención honorífica en la XVII edición del concurso Si eres original, eres de libro, convocado a nivel nacional por el Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro).

“Leímos el libro As malas mulleres en clase e investigamos sobre las cárceles de mujeres, sobre cómo funcionaban, quiénes eran esas mujeres que acababan en las cárceles, si había más que la de A Coruña, cuándo surgen, la legislación que regía... al final quedó un trabajo precioso”, cuenta su profesora, Lucía Sáez, que guió a las alumnas en el proceso desde la lectura del libro de Marilar Aleixandre hasta que sus pesquisas cristalizaron en un libro con datos, relato e ilustraciones. Y aunque el premio lleva los nombres de Ana Amigo, María Gende, Kalina Nikolov y Sofía San Miguel, que conforman el equipo Turistas de la historia, algunos de sus compañeros se han implicado para darle forma al proyecto. “Otro de los alumnos hizo las ilustraciones del libro, y quedó como un cuaderno de bitácora, con planos, mapas e imágenes. Se planteó como un libro de viajes”, relata Sáez.

En su recorrido, las alumnas parten de la cárcel de la Galera de A Coruña para ahondar en otras instituciones penitenciarias orientadas a mujeres, así como en las características de los perfiles que las llenaban: mujeres cuyos delitos pasaban por ser pobres, madres solteras o estar fuera de los circuitos económicos. En su investigación tiene gran protagonismo la labor de figuras coruñesas diferenciales como Concepción Arenal y Juana de Vega, en calidad de visitadoras de cárceles. El esfuerzo les ha valido, además de la mención honorífica, una gran valoración por parte del jurado del certamen, que destacaron “la excelente calidad del trabajo” , la originalidad en sus planteamientos y ejecución, el respeto a los derechos de propiedad intelectual y el esfuerzo investigador llevado a cabo por sus autoras”.