Los parados de larga duración superan por vez primera el 50% en A Coruña después de la pandemia

Los sindicatos señalan que el perfil es el de una mujer mayor de 45 años y reclaman políticas de formación y reenganche laboral | A inicios de siglo, los desempleados que llevaban sin trabajo más de un año eran solo un tercio

Entrevista en la feria de empleo de la Cámara de Comercio.   | // CARLOS PARDELLAS

Entrevista en la feria de empleo de la Cámara de Comercio. | // CARLOS PARDELLAS / Enrique Carballo

El número de parados de A Coruña llegó en 2022 a 15.140, la cifra más baja desde 2008, el año del estallido de la burbuja inmobiliaria. Pero la mejora de las cifras absolutas oculta que se mantiene un gran número de personas expulsadas durante años del mercado de trabajo. Mientras que el número de desempleados en general cayó un 10,1% con respecto a 2019, la cifra de parados de larga duración, esto es, que llevan más de un año buscando trabajo, solo bajó un 1,8%. De acuerdo con datos del Observatorio Urbano del Concello, basados en el Servicio Público de Empleo Estatal, el 50,1% de los parados ya son de larga duración. En 2021 la cifra ascendió al 56,9%, y desde que las estadísticas empiezan a registrar este dato, en 2002, nunca se había llegado al 50%.

En ese año, de hecho, había unos 14.200 parados y solo el 30,4% era de larga duración. Pero el porcentaje fue creciendo, algo que se acentuó a medida que se iban notando las personas expulsadas por la anterior crisis. En 2013, el año en el que la ciudad vivió su pico de desempleados con 24.282 demandantes de empleo, se rozó el 45,5%, la cifra más alta hasta la fecha. Desde entonces solo se bajó de ella en 2020: la cifra descendió al 44,3% cuando se incrementó el paro de corta duración.

Los sindicatos de la ciudad no creen que la pandemia haya sido el factor principal del aumento de peso del paro de larga duración, sino que consideran que se trata de un proceso de más largo plazo: la dificultad de determinados perfiles para reincorporarse al mercado de trabajo, una vez que pierden el empleo, y, en especial, de las mujeres. Desde que existen estadísticas, el porcentaje de desempleadas que llevan buscando trabajo más de un año siempre ha sido más alto que el de los hombres: el año pasado eran el 51,4%, frente al 48,4% masculino.

“Los parados de larga duración son mujeres fundamentalmente, y de más de 45 años”, señala el secretario comarcal de la CIG, Xabier Filgueira. En muchos sectores, indica, es más difícil que se contrate a partir de los 30 o los 35 años, y en la comarca de A Coruña “hubo mucha gente despedida de sectores industriales” que no encuentra trabajo en estos, “que fue envejeciendo y que es de difícil recolocación”. Filgueira "no relacionaría” el aumento de estos parados con el COVID.

El responsable comarcal de Comisiones Obreras, José Cristóbal González, cree que el fenómeno “tiene que ver fundamentalmente con las personas que son expulsadas a determinadas edades más complicadas para volver a reenganchar: pasó en esta crisis y en la anterior”. El secretario comarcal de CCOO recuerda que con el COVID se tomaron medidas para evitar la desaparición de empleo, como los ERTEs, pero “no todas las empresas tuvieron oportunidades o las adoptaron: hubo quien no fue capaz de aguantar el impacto de la crisis y hubo empresas que cerraron”.

En el caso de las mujeres, explica, estas “salen perjudicadas en prácticamente todas las estadísticas” laborales, y las empresas “cuando toca apostar por estabilidad, lamentablemente, apuestan por un perfil masculino”. A estos se unen los “hándicaps” que dificultan a las mujeres desarrollar su vida profesional por “cuestiones de carácter cultural”, como que asuman los cuidados a niños y mayores. Cristóbal González pide que la sociedad avance con medidas públicas, como guarderías, para que la mujer “se pueda liberar”.

Para el secretario general de UGT en A Coruña, Ángel Iglesias, la “clave” de la subida del porcentaje de desempleo de larga duración es la reducción del paro “de menos de un año”, que él relaciona con la última reforma laboral y el establecimiento de los fijos discontinuos. Pero sí que cree que el coronavirus “acentuó una tendencia” que ya existía al sacar a personas del mercado laboral. En cuanto al perfil, coincide con el resto de sindicatos al apuntar a “mujeres mayores de 45 años” y con “difícil recualificación” como el más vulnerable al desempleo de más de un año. Además, suelen venir de sectores “con trabajos normalmente parciales”, como la hostelería.

El reto de volver al trabajo

Los sindicatos también coinciden en que serían necesarias políticas públicas para reconducir a estos trabajadores que pasa por la formación. Para Iglesias, son necesarios “itinerarios laborales” personalizados, pero “sobre todo, recualificación”, que “es la pata fundamental para que esta gente vuelta a encontrar su camino laboral”.

A esto, Cristóbal González suma que además de formar a los desempleados hay que “llegar a convenios con empresas que les den esa primera-última oportunidad”. Según considera, en “igualdad de condiciones” la mayoría de empresarios van a preferir a aspirantes jóvenes y no a mayores de 50 años reconvertidos, por lo que habría que buscar que los contraten usando incentivos. “No digo que sea sencillo”, admite el secretario general de CCOO en A Coruña.

Filgueira apuesta “no solo por políticas de carácter formativo”, sino por la “creación de empleo de calidad”, promoviendo trabajos “vinculados al sector industrial, estables, que pudieran recolocar” a desempleados de larga duración. Las iniciativas de formación, explica, “están bien, pero no haríamos nada si no somos capaces de crear empleo de calidad que pueda absorber estas demandas”. La CIG reclama, indica, un “plan industrial” en la comarca.

De los más de 15.100 desempleados de la ciudad en 2022, un total de 5.763, el 38%, llevaban menos de seis meses en esa situación, y otros 1.819 (el 12%), entre seis meses y un año. La situación de desempleo dura entre uno y dos años para 1.682 coruñeses, el 11%, y entre dos y tres para otros 1.676. Casi el 28% de los desempleados, un total de 4.230, llevan más de tres años sin trabajo.

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