Las incubadoras de músicos de la ciudad

En una época que llena de música una ciudad ya de por sí muy musical, con conciertos y festivales de numerosos estilos en plazas, calles, teatros, auditorios y salas, el premio del Flores Rock pone el foco en las auténticas incubadoras de artistas locales: las escuelas de música. El grupo ganador de la primera edición del concurso del Barrio de las Flores, Demenzia Sozial, surgió de Rock School Coruña, una de las opciones más populares para formarse en música que existen en la ciudad, en la que también lleva años consolidada como referente en la educación musical la Escuela de Músicos, entre cuyos alumnos también se acumulan los premios.

Hasta “16 o 17 instrumentos, casi todos”, se pueden estudiar en la Escuela de Músicos, explica su director, Carlos Gil, y asegura que los estilos suelen evolucionar en relación con la edad. “Los niños estudian sobre todo clásico, es la base, con formación técnica y teórica, de solfeo, lenguaje musical... luego, a los 10 o 11, ya te vas a lo que más les mola, que es tocar rock, pop... acordes, más moderno”, detalla el responsable del centro de Rey Abdullah. Entre los adultos predominan quienes prefieren el jazz, el rock o el pop. Gil detecta un vacío en la adolescencia. “No se puede competir con el móvil”, lamenta, y apunta que los estudiantes de esa edad que se forman en su escuela son los que ya habían empezado de niños o algunos “DJ, que pinchan, que hacen producción y salen de aquí, de estudiar con Sergio Delgado, y preguntan por las clases de piano, porque tienen una herramienta fantástica, pero no saben tocar o cantar”, explica.

La multipremiada clarinetista Carla Gómez, formada en la escuela con Xocas Meijide y ahora seleccionada para la Joven Orquesta Europea, apunta Gil, lleva años avalando la enseñanza del centro. Ahora, despunta también en Rey Abdullah el cellista de 13 años Esteban Barlow, “brillante” y que ya toca con la Joven Orquesta Sinfónica de Galicia, asegura el director, quien afirma que se han dado en el seno de la escuela grupos de pop o rock como el reciente Ático, disuelto porque un miembro se va a estudiar fuera.

“Vemos los resultados de la formación, la ilusión. No es solo cuatro o cinco chavales que montan un grupo. Arrastran a amigos y familias. Y consigues una escena musical buena”, apunta el director de Rock School Coruña, Miguel Thomas. Asegura que “hay una generación buena que tiene muchas ganas de tocar y está loca por hacer cosas”. “Lo que inquieta es tocar”, sostiene y explica que “el impedimento es que cuesta encontrar oportunidades” porque “algunas salas pequeñas en las que poder arriesgar cobran alquiler que igual no pueden asumir ya que muchos son estudiantes y no lo tienen”.

Los recién premiados Demenzia Sozial o Hell’s Heaven son algunos de los proyectos surgidos del centro, que ofrece clases de guitarra eléctrica, bajo eléctrico, batería, piano y teclado. Sigue un sistema de exámenes y grados que ofrece un título en música moderna de la escuela inglesa a la que está asociada.

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