La huella borrada de las mujeres en la luna

Una muestra recopila en el Muncyt el papel de profesionales mujeres de la ciencia y tecnología que hicieron posible la misión del 'Apollo XI'

Lanzamiento del cohete que transportaba la cápsula del 'Apolo XI'.

Lanzamiento del cohete que transportaba la cápsula del 'Apolo XI'. / NASA

Cuando se imagina la primera llegada a la luna es inevitable evocar un nombre, el de Neil Armstrong. Si se afina un poco más la memoria, a continuación surgen dos más: Buzz Aldrin y Michael Collins, compañeros en aquella gesta que cambió para siempre la exploración del espacio. Aunque siempre se hable de la llegada del “hombre” a la luna, lo cierto es que en el proyecto Apollo, como en sus sucesivas misiones, hubo muchos más firmantes de los que pudieron dejar su huella en el satélite. Y muchas, también.

“Cuando buscas información, o incluso en películas y literatura, todo gira en torno a los hombres. No hay ni una mención al papel de las mujeres. Nos dimos cuenta de que las únicas mujeres que aparecían en las revistas cuando se hablaba del Apollo 11 eran las mujeres de los astronautas”, comenta Nieves Lorenzo, profesora e investigadora de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad de Vigo, y una de las organizadoras de la muestra elaborada en el marco del programa EXXperimenta en feminino. La exposición llevará al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt) a los rostros y nombres de aquellas mujeres olvidadas en la carrera espacial, pero que dejaron su huella no solo en la conquista del espacio, sino en avances científicos en diversos campos. Así lo narrará la propia Nieves Lorenzo en una charla divulgativa para todos los públicos que se celebrará el sábado a las 12.00 horas.

“En el contexto de después de la II Guerra Mundial había poca mano de obra masculina, y fue la oportunidad para entrar en la NASA para todas esas mujeres que habían estudiado ciencia y tecnología. Al principio hacían solo cálculos matemáticos, pero muchas estaban formadas para hacer más, y acabaron siendo ingenieras aeroespaciales”, cuenta Lorenzo.

La muestra, que encara un periplo itinerante en centros educativos, con más de 40 en lista de espera, lleva al Muncyt avances con nombre de mujer como el desarrollo de combustibles que necesitaban los cohetes para salir propulsados fuera de la órbita terrestre, la alimentación de los astronautas, el desarrollo del software de las naves y otro sinfín de ámbitos con impronta femenina.

Ilustración de Julie Sullivan, en la muestra.   | //EXXPERIMENTA  EN FEMININO

Ilustración de Julie Sullivan, en la muestra. | //EXXPERIMENTA EN FEMININO / Marta Otero Mayán

La exposición, que podrá visitarse hasta el día 15 de septiembre, recupera nombres como el de Mary Sherman Morgan, que dio con la clave del combustible capaz de propulsar el primer satélite del Explorer I; el de Rita Rapp, responsable de idear la alimentación de los astronautas en el espacio o el de Julie Sullivan, ingeniera biomédica principal de la misión Apollo 13. “Hay quien cree que la exploración del espacio no sirve para nada, pero proporcionó avances en otros campos. Gracias a eso hoy tenemos comida deshidratada o termoestabilizada, porque hubo quien se ocupó de descubrir cómo buscar esos alimentos”, cuenta Lorenzo.

En la muestra hay sitio también para programadoras de software, como Margaret Hamilton o Frances Northcutt, que pueden servir de ejemplo para posibles futuras vocaciones. “Siempre se habla de que hay poco alumnado femenino en las escuelas de Ingeniería Informática. Es interesante saber que esto empezó siendo cosa de mujeres, que eran las que programaban los ordenadores en los años 50, para hacer ver que sí se puede. Hay mujeres detrás y es necesaria su visión”, señala Nieves Lorenzo.

"La Ingeniería Informática empezó siendo cosa de mujeres"

El proyecto, promovido por el área de Igualdad de la Universidade de Vigo, recoge información, en 12 paneles, no solo de las aportaciones y de los reconocimientos que recibieron estas mujeres tanto en vida como posteriormente, sino también de datos biográficos que, en ocasiones, engrandecen el mérito de sus conquistas, tales como sus dificultades para acceder a estudios especializados por el machismo de la época o, más tarde, las complicaciones que hallaron para ver reconocidas públicamente sus contribuciones. Algunas, como Mary Sherman Morgan, solo hallaron crédito por su investigaciones tras su muerte.

Con el objetivo de llevar la exposición a los lugares donde sea físicamente imposible, el proyecto ha editado también un libro, con ilustraciones de MeliMolita, titulado Elas leváronnos ao espazo, que recoge los logros invisibles de las mujeres que lograron explorar los cielos.