De fábrica de armas de A Coruña a cárcel portuguesa

La serie ‘Operación Marea Negra’ graba su tercera temporada usando la Ciudad de las TIC para construir una prisión y la carretera a Bens para recrear persecuciones del narco

La Ciudad de las TIC, la antigua fábrica de armas, se prepara acoger un plató virtual, pero ya está funcionando como set gracias la serie de Amazon Prime Operación Marea Negra, de la que se estrenó este lunes la segunda temporada en la TVG. Las amplias instalaciones de Pedralonga, que se utilizaron el año pasado para representar una cárcel gallega ficticia, ahora acogen un pabellón, biblioteca y espacio de vis a vis de una prisión lusa, así como otros escenarios menores como unos baños o una comisaría. Según explica la productora ejecutiva, Mamen Quintas, también se han filmado escenas “en la calle Real, en la plaza de Pontevedra: es muy cómodo rodar en A Coruña, hemos cortado carreteras, calles, con todas las facilidades del mundo”.

En España, explica Quintas no se puede rodar en las cárceles, excepto en dos de propietario privado, pero “son muy pequeñas”, y el amplio espacio de la fábrica de armas les ha permitido construir una de unos 900 metros cuadrados. “Buscábamos un espacio abierto, cómodo, céntrico, conectado con las autovías, y nos hemos encontrado esto”, resume la responsable de la producción, cuya primera temporada estuvo basada en el caso real de los tripulantes de un narcosubmarino atrapados mientras cruzaban el Atlántico con toneladas de cocaína.

Políticos y miembros del elenco.   | // VÍCTOR ECHAVE

Políticos y miembros del elenco. | // VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

Y la ciudad, en la que “es un gusto rodar” y en la que indica que ha tenido el apoyo del Ayuntamiento, también ha dado pie a escenas de acción: “Rodamos una en la carretera de Bens, con un trailer de alto tonelaje que va hasta arribita de fentanilo y hay una persecución de la policía y de los malos”.

Entre actores protagonistas de la serie está Jorge López, que interpreta Nando, un joven boxeador que era uno de los tripulantes del submarino. Ya estuvo el año pasado rodando en A Coruña, y ahora lleva “tres meses” en la ciudad, señala imitando el acento de la ciudad con un “neno, qué dices” . “Ya me van a tener que adoptar, porque soy de acá”, bromea López, que explica que la serie sigue viva porque “se reinventa”.

La primera temporada, recuerda López, es una historia real, pero la segunda es ya “ciento por ciento ficción, con muchísima acción, muchísima sangre: tengo que conducir barcos, autos, camiones, hay golpes, peleas, y no hay ninguna secuencia en la que no pase nada”. Su compañero de rodaje Daniel Ibáñez lo resume en que “es una serie en la que hay tantos trabajos, como transportista, que probablemente te puedas dedicar a ellos después”, y el actor brasileño Bruno Gagliasso, que interpreta al narcotraficante Joao, bromea conque en la cuarta temporada “va a estar Tom Cruise”, conocido por protagonizar sus escenas de acción.

Quintas, que explica que la preproducción de la tercera temporada empezó en mayo y debe acabar mañana “si no se tuerce nada”, para estrenarse en el primer trimestre del año que viene, señala que la abundancia de acción es uno de los motivos que encarecen el rodaje. “Rodamos en cielo, tierra y mar, en helicópteros” y con muchas máquinas, indica. A los 40 actores, entre episódicos y fijos, se suman unas ocho decenas de trabajadores del equipo técnico, que según fuentes de la producción son en un 70% gallegos.

Los actores coinciden en destacar el potencial de la fábrica de armas para albergar grabaciones: para López “ha funcionado muy bien porque es muy grande” e Ibáñez resume la localización con la palabra “impresionante”. Gagliasso destaca que acoge “lo único tranquilo” de la serie: la cárcel.

Una prisión en rojo y verde

La cárcel gallega que recrearon para la segunda temporada tenía tonos grises y azules, pero la lusa replica los colores de la bandera portuguesa, con tonos encarnados y verdes. “Es un poco una licencia creativa para la identificación”, explica Guillermo Spoltore, director artístico, que señala que han usado a ex presidiarios como “asesores” para pulir los detalles. En la sala de televisión que recrearon, el aparato está entre rejas, “para que si hay algún disturbio no la roben y no la usen para golpearse”, y el parchís, en la zona de recreo, se juega sobre una sábana pintada, porque las instituciones carcelarias no permiten “usar materiales rígidos ni nada que pueda lastimar a otro” como tablero.

La decoración también incluye un mural religioso, pues en las cárceles suele haber evangelistas y creyentes y se han construido algunas celdas, incluida una de un “capo” con algo más de tamaño. Y también una gran cantidad de rejas y jaulas, que cortan el paso constantemente. “La idea era que se creasen pasillos que generen agobio, y en la sala de visitas la idea es que hubiese jaulas, que los personajes estuviesen como enjaulados, como si fuesen animales”, explica Spoltore.

Ricardo Carbonero, el jefe de contenido de Prime Video, promete que esta tercera temporada dará un “final cerrado” a la historia, aunque indica que sus personajes “podrían merecer más historias”. Ayer visitaron el set de rodaje de la Ciudad de las TIC varios políticos, entre ellos el conselleiro de Cultura, Educación, FP e Universidades, Román Rodríguez, el delegado de la Xunta, Gonzalo Trenor, la concejala de Turismo, Comercio y Consumo, Diana Sobral Cabanas, y el líder del grupo municipal del PP, Miguel Lorenzo.

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