San Agustín, la milla de oro del comercio alternativo

Nuevas tiendas en Pontejos y Pío XII dan otro aire al barrio, en el que conviven con los negocios de toda la vida, a la espera del “empujón” que dará la reforma del mercado

Jana Lopez, de la sombrerería Austrohúngara

Jana Lopez, de la sombrerería Austrohúngara / Víctor Echave

Las tiendas de Inditex han conquistado la zona de la plaza de Lugo en A Coruña, pero si se camina un poquito más y se llega a las proximidades del mercado de San Agustín, entre las calles Marqués de Pontejos y Pío XII, uno dará con la milla de oro del comercio alternativo. Todavía hay algún bajo vacío, pero la zona tiene una nueva cara. Junto a los negocios de siempre, como la joyería o el bar conocido por su deliciosa tortilla, y los puestos de la plaza han aparecido otros dedicados a la moda u objetos del día a día que llaman la atención de cualquiera que pase por delante de los escaparates.

“Es un barrio muy familiar, joven y a la vez tradicional. Están abriendo un montón de negocios por la zona y todos nos llevamos muy bien”, señala Jana López, de la sombrerería Austrohúngara, que dejó su local de la estrecha de San Andrés, a solo unos metros, para seguir formando parte de este pequeño barrio. “La otra tienda se nos quedó pequeña, por suerte, y parecía que este local estaba para nosotros”, añade desde el número 7 de Pontejos. Al lado hace unos días se inauguró La llave encantada, una tienda de magia que también es escuela. “Han abierto proyectos muy interesantes y seguro que con los nuevos negocios del mercado de San Agustín llegan otros que le van a dar más identidad a la zona, que es muy alternativa”, apunta López.

Otra de las últimas en llegar ha sido Talía Rodríguez con su proyecto Pazio, que abrió en la calle Pío XII el pasado agosto. “Me gusta mucho el ambiente que hay en la zona. Es un barrio de toda la vida pero con un estilo muy especial. Veo que a la gente le gusta mucho la artesanía”, relata Rodríguez, que en su local tiene “conjuntos de ropa de varias marcas españoles que fabrican y diseñan en España” y también sus piezas propias de cerámica, como colgantes o útiles de cocina, y bolsos de piel que hace a mano. “Estudié moda y también un ciclo superior de estética, pero siempre me tiró más este mundo. Tenía ganas de abrir mi propio negocio y sabía que tenía que ser aquí”, expone, feliz de formar parte de una calle “que tiene algo especial”. “La idea es que todo sea más de barrio. Acercarnos a nuestros orígenes y recordar las prendas bien hechas y los útiles de antaño”, reflexiona.

Talía Rodríguez, de Pazio

Talía Rodríguez, de Pazio / Víctor Echave

Esa sensación de formar parte de algo único también la comparte Óscar Fidalgo, que abrió Varaston, junto a su socia Eva, hace casi seis años. “Nuestro lema es que ofrecemos objetos funcionales para uso cotidiano”, informa este comerciante desde su establecimiento, en el que las estanterías están llenas de “menaje, velas, cepillos o textil del hogar”. Productos, como él mismo dice, “de tradición” y hechos por “fabricantes antiguos” que aúnan “calidad, funcionalidad y diseño”.

Cuando en 2017 se decidió a abrir la tienda, la zona de San Agustín era una de sus favoritas, así que no lo dudó. “Nos gustaba estéticamente por el mercado y porque es una zona comercial. Vimos que tenía potencial. La gente viene a comprar a la zona y se genera un intercambio. Nos gusta esa vitalidad”, resume Fidalgo, que advierte que “se está creando un grupo de comercio que hace que la zona sea muy interesante”.

Óscar Fidalgo, de Varaston

Óscar Fidalgo, de Varaston / Víctor Echave

Aunque este comerciante cree que todavía falta algo, ese “empujón” prometido por la reforma del mercado de San Agustín, que aún está pendiente de las obras de sus laterales para acoger nuevos negocios. “Hay problemas de aparcamiento, bolardos y contenedores por los que seguimos protestando. No se están tomando las medidas para que la zona mejore todavía más”, lamenta Óscar Fidalgo.

Su compañera de acera, Felicidad Pérez, opina lo mismo. “La reforma ha sido una decepción para mí. Primero iba a ser peatonal y resulta que hay más coches que nunca. Los bancos que pusieron estrangulan el tráfico y hay una fila de contenedores en mitad de la calle cuando iban a ser subterráneos”, indica la dueña de D-Raiz, donde combina tienda y taller. “Esta zona, con este mercado modernista, podría ser la milla de oro de A Coruña. Ya hemos recogido firmas para que se tomen medidas pero no nos hacen caso”, critica, y denuncia que ni siquiera tienen iluminación navideña. Pese a todo ello, está contenta con su negocio y la ubicación porque, reconoce “es una zona muy céntrica y en la que hay movimiento por el mercado”.

Felicidad Pérez, de D-Raíz

Felicidad Pérez, de D-Raíz / Víctor Echave

Esa fue la razón por la que abrió en Pío XII en diciembre de 2018. Pérez abandonó el mundo online para tener su propio local en el que hay “una pequeña colección de prendas de ropa y accesorios, como bolsos y gorros”. Un lugar en el que perderse y disfrutar, al igual que el resto de comercios que le acompañan y que se mezclan con los de toda la vida. La despedida de tiendas como la mercería Elvira dejan paso a nuevas ideas y proyectos que seguirán aumentado el centro comercial alternativo de San Agustín.

Suscríbete para seguir leyendo