El Plan contra la Sequía del Concello prevé subir las tarifas del agua durante el estado de alerta

El recargo se aplicaría también durante la situación de emergencia

El Gobierno local elude cuantificar el importe de la tarifa especial

También se establece el trasvase desde Meirama para garantizar el suministro

Embalse de Cecebre en octubre de 2022, cuando estaba al 38% de ocupación.

Embalse de Cecebre en octubre de 2022, cuando estaba al 38% de ocupación. / La Opinión

Las fases del año en las que la escasez de precipitaciones reduzca el volumen de agua en el embalse de Cecebre hasta que sea imposible garantizar el suministro durante los tres meses siguientes el Concello cobrará a la ciudadanía y las empresas una tarifa especial de agua. El objetivo del recargo que se aplicaría es “incentivar el ahorro voluntario en momentos de mayor escasez de recursos”, así como “reducir la demanda” en los escenarios de alerta y emergencia que aplica la Xunta al analizar las reservas disponibles. Consultado por este diario, el Gobierno local no quiso aclarar si está cuantificado ese recargo.

Otra de las medidas que se pondrán en marcha en esos casos será el trasvase de agua a Cecebre desde el lago artificial creado sobre la antigua mina de lignito de Meirama, con el fin de garantizar el volumen necesario para abastecer a la población.

Así figura en el Plan de Emergencia y Gestión del Riesgo de Sequía en el Sistema de Abastecimiento de A Coruña que elaboró el Concello y que fue entregado a la administración autonómica el pasado septiembre, casi dos años más tarde del plazo que había sido establecido, enero de 2022. Antes de que entre en vigor, el texto tendrá que ser sometido a información pública y aprobado por el pleno municipal.

El documento contiene una serie de actuaciones para cada una de las fases que se corresponden con el nivel del agua embalsada, aunque ya en la de prealerta, en la que no habría el volumen suficiente para el suministro durante cuatro meses, se cita como una de las medidas a tomar la creación de una “tarifa específica para escenarios de sequía” que solo se aplicaría durante las fases de alerta y emergencia.

El plan no hace ninguna referencia al impacto económico que tendrá esa modificación del precio del agua para los clientes de Emalcsa, la compañía municipal de aguas, pero si su finalidad es promover la bajada del consumo, lo lógico es que suponga un incremento sobre las fijadas cada año por el Concello. Para hacer posible su creación, el plan calcula que será necesaria una inversión de 10.000 euros, mientras que durante su aplicación no habrá que efectuar ningún tipo de gasto.

En ese momento deberá definirse si el recargo sobre la tarifa actual se aplicará independientemente de cuál sea el consumo que se realice o solo a partir de un determinado nivel, como sucede ya con el sistema habitual, en el que el precio del metro cúbico se incrementa cuanto mayor es el consumo que se hace. También se menciona en el documento que para que el recargo sea diseñado habrá de transcurrir un plazo de tres meses, pero que, una vez creado, su aplicación se podrá realizar en tan solo una semana cuando se declare el estado de alerta, al igual que sucederá en el de emergencia.

El plan cita también que el consumo medio de agua estimado de una familia de tres miembros es de 12 metros cúbicos al mes, por lo que al estar fijado en 71 céntimos cada uno de ellos, el coste de este servicio sería de 8,57 euros, al que habría que añadir el IVA. Para un cliente no doméstico, el consumo se calcula en 60 metros cúbicos, a los que se aplica una tarifa de 2,22 euros, de forma que el gasto mensual sería de 133,53 euros sin el IVA.

A esas tarifas habría que aplicarles el recargo en caso de sequía. Según refleja Emalcsa en su plan, en los últimos veinte años, hasta 2022, se declararon los estados de alerta y emergencia, en los que se cobraría el recargo, en doce de los 240 meses. De ellos, once corresponden a la primera de esas situaciones y solo una a la de sequía más extrema. A Coruña y el resto de concellos de la cuenca de los ríos Mero y Barcés salieron este viernes de la declaración de sequía decretada por la Xunta tras dos meses en ella por la reducción del agua embalsada en Cecebre.

El plan municipal contra la sequía incluye también una medida que pretende garantizar un abastecimiento alternativo de agua en caso de que el nivel de Cecebre llegue al estado de alerta y que consiste en trasvasar agua al embalse desde el lago artificial de Meirama, que tiene una capacidad de 146 hectómetros cúbicos.

Según el documento, “en el caso más desfavorable de año seco”, en el que se destaca que al tratarse de la época estival habrá un importante crecimiento de la población en la comarca a causa de la llegada de turistas, el lago “garantizará” el abastecimiento y, además, con “una calidad del agua que no requerirá ninguna medida adicional de tratamiento en la estación depuradora de A Telva”.

La Xunta realizó en 2015 una obra para instalar una toma de agua en el lago que permitiese aportar a Cecebre 24 hectómetros cúbicos de agua. La actuación incluyó la construcción de un falso túnel de 140 metros de longitud hasta el edificio que alberga la cámara de válvulas, pero no continuó los trabajos necesarios para permitir la aportación de agua al sistema de abastecimiento coruñés.

El plan contra la sequía establece que durante la situación de normalidad en el abastecimiento se redacten los estudios y proyectos necesarios para conectar el lago de Meirama con el río Barcés —que desagua en el embalse de Cecebre—, así como que se solicite autorización para captar agua en caso de necesidad.

En estado de prealerta se prepararía la conexión con el Barcés en un plazo de dos meses y con un coste de 705.000 euros, mientras que si se alcanza el de alerta se realizaría un bombeo desde el lago que tendría un coste de 37.000 euros. Si finalmente se llega al estado de emergencia, habría que reforzar ese bombeo e invertir 816.000 euros en los trabajos necesarios.

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