Entrevista | Israel Temprano Investigador coruñés en Cambridge que regresa a la UDC

“La transición energética está aquí; o somos pioneros o nos quedamos atrás”

“Hay un acrónimo, los Nimby, ‘not in my backyard’, que son gente que se opone a que las instalaciones, como las renovables, se pongan al lado de donde viven. Es un debate global”

El investigador coruñés Israel Temprano.   | // CEDIDA

El investigador coruñés Israel Temprano. | // CEDIDA / marta otero mayán

Israel Temprano es coruñés y licenciado en Química por la Universidade da Coruña, aunque lleva media vida lejos de casa. Tras doctorarse en Quebec, los últimos quince años ha desarrollado su actividad en la Universidad de Cambridge. Ahora regresa a la UDC para incorporarse como investigador en el Centro Interdisciplinar de Química y Biología (CICA), gracias al programa Beatriz Galindo. Aquí tendrá un reto: poner en marcha el Laboratorio de Investigación Sistemas de Transición Energética (LISTE). Una tarea que recibe con la ilusión de los comienzos. “Volver a casa siempre es excitante. Poder contribuir a la UDC, muy gratificante”.

Cambridge es una de las cimas a las que aspira cualquiera que se dedique a la investigación. ¿Fue fácil tomar la decisión de volver?

Es cierto. La decisión viene promovida por el tipo de plaza que tengo en Inglaterra y la que me ofrecen en A Coruña. Una de las cosas que vamos a hacer en la UDC es crear un nuevo laboratorio para la investigación para la transición energética, que es algo muy interesante para mí. Poder crear este laboratorio e iniciar una carrera más independiente de la que puedo tener en Cambridge es muy interesante. Al margen, poder impartir clases en estos temas fundamentales para acelerar la transición energética es un motivo interesante.

A pesar de lo que se diga, si hay recursos y se cuida el talento investigador, ¿una universidad relativamente joven puede ofrecer retos competitivos.

Sí. Retos en la ciencia hay muchos; si te ponen medios y posibilidades, se pueden hacer cosas muy interesantes. La UDC han cambiado muchísimo desde que yo me marché, es un ambiente muy vibrante y dinámico, es muy atractivo para volver a casa.

Llega por todo lo alto, para poner en marcha un laboratorio de sistemas de transición energética, que pone sobre la mesa un tema muy en auge en los últimos tiempos. ¿Cómo se articulará el proyecto?

Por lo alto no sé. Voy con humildad y para intentar hacer un buen trabajo. Iremos poco a poco. La idea es generar un laboratorio potente para investigar diferentes dispositivos y mejorar sus prestaciones para acelerar la transición energética. Socialmente es muy importante, estamos en una fase en la que vamos a dejar de quemar combustibles para producir energía sí o sí; esto ya está pasando en todo el mundo, y es una cuestión de si en España, y en Galicia en particular nos queremos quedar atrás o ser pioneros. La idea es generar un espacio para que la UDC pueda tomar cartas activas en esta transición, y generar no solo conocimientos y nuevas tecnologías, sino educar y generar mano de obra especializada para que la gente tenga salida en la economía de futuro.

¿Ocupa España una posición de vanguardia en estas cuestiones cuando se debaten en los foros europeos o mundiales?

Es algo que tengo que investigar más en detalle. Me marché hace 20 años, pero la impresión que tengo al volver es que todavía hay una cierta reticencia a aceptar el cambio. Todo cambio cuesta un poco, pero este es un cambio necesario e imparable. La cuestión es educar a la sociedad y darnos cuenta de que los coches eléctricos y las baterías para aumentar la cantidad de energía disponible por medio de fuentes renovables van a ser el futuro, y vienen ya. El discurso en la calle que yo me he encontrado todavía necesita madurar, hace falta más debate, y bien informado.

¿Qué papel jugarán las baterías en la transición energética?

Las baterías ya están aquí. Hoy en día tenemos una tecnología de baterías muy buena, una tecnología con un nivel de madurez importante pero que tienen todavía muchísimo potencial de mejora, y de maduración. Las baterías de litio hace 30 años o así que son comercializables. Si comparamos con los motores de combustión interna, que llevan más de 100 años y siguen mejorando, se ve que las baterías tienen mucho potencial de mejora. Esto, hablando de las baterías actuales. Hay otros tipos, que no están lo suficientemente maduras para comercializarse, pero que serían interesantes para diversificar un poco el tipo de almacenaje eléctrico. Las baterías de litio aire, por ejemplo, que investigaremos en el LISTE son muy ligeras y no tienen ningún metal de transición; no necesitaría de la minería del cobalto, ni del níquel, ni del manganeso. Tenemos las de flujo redox, que son excelentes para almacenaje de gran escala. Ya existe alguna en el mundo que puede almacenar suficiente energía para abastecer a cientos de casas. Son muy interesantes, hay mucho que investigar y mucho que enseñar a la gente. Es interesante porque en Europa hay 50 gigafactorías ya planeadas. Cada una requiere decenas de miles de empleados. Eso es empleo muy especializado, requiere mano de obra muy especializada, y es un poco a lo que vamos; generar educación en la Universidad para que las nuevas generaciones en Galicia tenga futuro en estos temas.

¿Se abre una nueva oportunidad de futuro ligada al sector industrial en pleno desmantelamiento?

Sí; la manera en la que generamos y consumimos energía va a cambiar completamente en la próxima década. La cuestión es si queremos ser pioneros o quedarnos atrás. Estos trabajos se necesitan, la industria los necesita, pero con gente con una cierta educación técnica en estos campos. Si queremos que la gente en Galicia tenga salida en este ámbito, hay que proporcionarles educación.

Otra de las derivadas es la independencia energética de los países, encaminada a minar su dependencia de otros en las relaciones comerciales. ¿Se está gestando una revolución geopolítica silenciosa?

Sí, Galicia además tiene unas condiciones excepcionales para ser líder en España y en Europa en generación y gestión de energía por medios limpios y renovables. Además sabemos muy bien, por desgracia, los que somos de aquí, lo que conlleva necesitar el petróleo, o depender del petróleo para la energía. ¿Cuántos petroleros han encallado frente a las costas gallegas? Tenemos que comprender lo que conlleva generar la energía de forma distinta. Las fuentes renovables tienen pros y contras, pero tiene que haber una discusión madura.

En Galicia se está gestando un debate entre los partidarios de la industria renovable y quienes piensan que la afección al territorio es mayor al retorno que traerá a la economía local. ¿Es una singularidad de aquí, o es transversal?

Es un debate global. Se ve en todas las partes del mundo cuando hay una nueva tecnología y hay que cambiar el chip. Hay un acrónimo en inglés que es Nimby, not in my backyard, que es gente que se opone a que pongan instalaciones al lado de donde vivan. Esto afecta en especial a las renovables. El cambio trae consigo retos y ventajas. Nadie quiere tener una planta eólica delante de casa, y nos preocupa que la naturaleza se vea comprometida, per no debemos olvidarnos de la tragedia que es que un barco lleno de petróleo encalle, o del combustible que se quema para la producción energética y sus efectos nocivos a la salud y al medio ambiente.

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