Un ‘gazetny kiosk’ en Alcalde Marchesi

Los ucranianos Mark y Natalia le dan una segunda vida a la librería Gema

Natalia y Mark, frente a la librería Gema, que regentan.   | // CARLOS PARDELLAS

Natalia y Mark, frente a la librería Gema, que regentan. | // CARLOS PARDELLAS / marta otero mayán

El pequeño comercio parece condenado a diluirse en una amalgama de nuevos negocios cada vez más parecidos entre sí, pero a veces surgen los milagros que contradicen a las tendencias. La librería Gema parecía condenada a desaparecer cuando colgó el cartel de Se traspasa el año pasado. La que había sido su propietaria hasta el momento, Eva, se jubilaba. Pero el destino quiso que Natalia y Mark, pareja ucraniana oriunda del Dombás y residente en A Coruña, pasasen por allí y reparasen en el letrero. “Fue pura casualidad. Nos conocimos, vimos su mensaje y decidimos hacer el traspaso”, resumen ellos, ilusionados tras el mostrador. Reconocen que llevaban tiempo buscando un lugar para emprender, y pocos sitios mejores que la librería Gema para empezar de nuevo tras huir de la guerra en su país, que, pese a que estalló para el mundo en 2020, ellos llevaban sufriendo en las localidades del Donetsk y Lugansk desde 2014.

Sus últimos recuerdos allí no son precisamente agradables. “Cuando escuchábamos bombas, sabíamos que estaba muriendo gente. No se nos olvidará en la vida”, relatan. En Galicia pudieron empezar de nuevo. Así como se toparon con el negocio que Eva estaba a punto de traspasar por pura casualidad, su elección de A Coruña para echar raíces también nace del azar. No pusieron el dedo en el mapa, pero casi. “Primero llegamos a Murcia. Como había muchos ucranianos solicitando cita para hacer el NIE, estaban todas las citas copadas. Solo había un sitio con citas disponibles, una comisaría de Lugo. Y vinimos”, relatan. Nada más llegar, se enamoraron “del verde” del paisaje. Y ya nunca pudieron marcharse. “Vi la naturaleza, los pueblos, la amabilidad de la gente...y dije: yo quiero quedarme aquí”, dice Natalia. El negocio, desde que ellos se hicieron cargo, no ha cambiado su esencia de kiosko de prensa y revistas con artículos de papelería, abierto 24/7 en su emplazamiento de Alcalde Marchesi, “menos en Navidad y año nuevo, y porque no hay periódico”, precisan; pero pronto se harán visibles los cambios que la pareja estudia aplicar al establecimiento en su nueva etapa. Porque Natalia, lectora voraz, quiere hacer de su pasión por los libros su modo de vida. “Me encanta la literatura. La idea es incorporar también a la oferta literatura infantil y juvenil, es en lo que más nos gustaría enfocarnos”, adelantan. Por ahora, se centrarán en la literatura gallega. ¿Y la ucraniana? Quizá más adelante.

Por ahora, y con pocas semanas al frente del kiosko de prensa, o gazetny kiosk en ucraniano, van aprendiendo el oficio sobre la marcha, pero también con la ayuda de los numerosos clientes del local, cuya confianza han heredado de los tiempos de Eva. Por ahora, es precisamente el contacto con la clientela el factor que más aprecian no solo del establecimiento, sino de Galicia, un lugar al que, admiten, han llegado para quedarse. “Esto es muy diferente de Ucrania. en primer lugar, por el clima, pero sobre todo por el carácter. Aquí la gente es mucho más amable, te ayudan con todo. Te tienden la mano”, cuentan.