La Cocina Económica detecta un aumento de usuarios con ingresos que necesitan su ayuda

El coste de la vivienda y el encarecimiento de los alimentos empujan a empleados con sueldo a pedir asistencia, según su trabajador social

La entidad sigue sumando nuevos beneficiarios y la mayoría de estos son extranjeros

Usuarios acceden a la Cocina Económica. |   // IAGO LÓPEZ

Usuarios acceden a la Cocina Económica. | // IAGO LÓPEZ / Ana Carro

La Cocina Económica ha detectado un nuevo perfil de usuario: personas que piden ayuda a pesar de tener una fuente de ingresos. La entidad todavía no ha concluido su memoria del año pasado, pero sí ha notado que hay un mayor número de beneficiarios que necesitan la ayuda de la Cocina Económica aunque tengan un trabajo, que en muchas ocasiones es precario, incluso de economía sumergida, o una jornada parcial. “Ya no es tanto por la precariedad de los salarios sino porque ha subido mucho el precio de la vivienda, del alquiler, y también la cesta de la compra”, explica el trabajador social de la entidad, Pablo Sánchez.

Este profesional alerta que “hay gente que está en el mercado laboral pero no consigue cubrir gastos”, de ahí que acudan a la Cocina Económica. “Los salarios y las condiciones laborales no han subido a la par que el coste de la vida”, apunta.

Pablo Sánchez reconoce, además, que hay un problema de vivienda en la ciudad. Ya no solo por los altos precios —un coste medio de alquiler de 613 euros, según el Instituto Galego de Vivenda e Solo— sino también por la falta de oferta y la alta demanda. “Atendemos a familias con dos hijos que están viviendo en una habitación en un piso compartido”, dice como ejemplo. Incluso están llegando a la Cocina Económica personas en situación de exclusión social que buscan una vivienda y encontrarla ya se ha convertido en misión imposible.

“La situación de la vivienda en el caso de A Coruña va a tocar techo. Hay muchísima demanda y va a llegar un momento en el que ya no se pueda albergar a más familias con perfiles de pobreza o exclusión social. De hecho, eso ya está ocurriendo. La ciudad no va a tener oferta para esa sobredemanda”, analiza, y destaca que estas situaciones “antes se daban en ciudades como Madrid o Barcelona”, poro “ya está pasando en A Coruña”.

Sánchez recuerda que “hasta 2022, era cuestión de tiempo” que apareciese una vivienda disponible, “a día de hoy, no”. “No hay mercado, hasta se alquilan trasteros para dormir”, señala.

Además, la Cocina Económica sigue sumando nuevos usuarios, sobre 700 en 2023, más de una veintena con respecto al año anterior. Y más de la mitad de estos nuevos beneficiarios son extranjeros. Pablo Sánchez explica que hay un “constante flujo migratorio” en la ciudad, con personas que llegan de “América Latina, de Magreb y de África subsahariana”. “Ya era habitual, pero se ha convertido en una constante”, insiste, y añade: “La tendencia no va a cambiar”.

En Cáritas también han registrado un aumento del “18% en el número de los usuarios” con respecto a 2022, año, además, en el que “un 12% de las familias atendidas tenían ingresos, pero no les llegaban” para cubrir todas sus necesidades, según expone la directora de Cáritas en A Coruña, Pilar Farjas. Esta entidad tiene además un proyecto en marcha para construir una vivienda en Visma con 12 plazas para personas mayores de 60 años. “Tenemos la licencia de demolición y está adjudicada la obra, peor seguimos pendiente de la autorización de gestión de residuos de Medio Ambiente de la Xunta”, avanza.

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“Yo pasé por momentos muy difíciles y la Cocina Económica siempre estuvo ahí”, confiesa C. R. V. Es de esas usuarias que a pesar de tener un trabajo necesita la ayuda la entidad. “Más de la mitad del sueldo se me va en el alquiler y gastos y poder tener un plato de comida en la mesa es una gran ayuda”, señala. Esta beneficiaria reconoce que “si no fuera por la Cocina Económica, muchos días no podría comer”. Todavía le sorprende lo mucho que han subido los precios: “un litro de aceite cuesta ahora 12 euros, eso no puede ser”. Además, dice que los alquileres “están muy caros” y a todo eso hay que “sumar gastos de luz y agua”. Anima a quien necesite ayuda a ir a la Cocina Económica porque “allí hay personas maravillosas”. “Yo no sé cómo agradecerles todo lo que han hecho por mí. Si me tocase la lotería, a los primeros que ayudaría sería a ellos”, reflexiona esta mujer, que lamenta que, actualmente, el sueldo que recibe “no llega para vivir”. “La ayuda de la Cocina Económica es muy grande”, resume.

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