Rutina con perros para ser autónomo y responsable

Usuarios con enfermedades mentales hacen un voluntariado en una protectora con un proyecto de la Fundación María José Jove

Una trabajadora de la protectora Gatocán con dos perros.  | // AARÓN REY

Una trabajadora de la protectora Gatocán con dos perros. | // AARÓN REY / Ana Carro

Salir de casa, cumplir un horario, desempeñar tareas de cuidado y alimentación de perros y conversar con otras personas. Una rutina que parece sencilla pero que puede ser complicada para los usuarios de la Asociación Pro Enfermos Mentales (APEM). Por ello, la asociación se ha unido a la Fundación María José Jove para llevar a cabo un proyecto piloto, AyudanDOG, que promueve la adquisición de responsabilidades en sus pacientes a través del cuidado de perros abandonados. La protectora Gatocán y la escuela Candamín también forman parte de la iniciativa.

“Lo que buscamos es introducir a estos usuarios adultos en una labor social y laboral. No solo es una terapia con animales sino que es una forma de darles una ocupación, una responsabilidad. Se sienten útiles”, explica la terapeuta Lucía Lombardía, de Candamín.

Desde la Fundación María José Jove detallan que el proyecto es para usuarios de entre 19 y 45 años. Por ahora, cuenta con ocho participantes que van a ayudar a la protectora una vez a la semana durante dos horas a lo largo de un año. “Los enfermos trabajan su autonomía y responsabilidad a través de los perros abandonados y, a su vez, estos animales se benefician de sus cuidados”, comenta Emma Justo, responsable del área de salud de la Fundación Jove. Apunta que estos usuarios “suelen tener un tratamiento fuerte” que hace que “les cueste tener una rutina”. Sin embargo, este proyecto les ayuda a “adquirir esa frecuencia semanal”. Lombardía también señala que es importante para ellos “tener un horario y ser responsables en los cuidados y el material de trabajo”. “Ellos los cuidan y les dan de comer o limpian los patios. Es como un voluntariado”, desvela.

Usuarios de APEM, en una jornada en Gatocán

Usuarios de APEM, en una jornada en Gatocán / LOC

La psicóloga de APEM, Carmen Rodríguez, cuenta que casi todos los usuarios de la asociación “tienen trastornos mentales graves” y esto “les hace perder totalmente los hábitos y no tienen ningún tipo de organización en su día a día”. Con estas visitas a Gatocán, en cambio, “pueden crear vínculos afectivos con los animales y con la gente que trabaja allí”. “Es una forma de trabajar su autoestima y que vean que son capaces de hacer esas funciones”, explica la psicóloga, que celebra que puedan llevar a la práctica la teoría que les enseñan en APEM.

La protectora Gatocán, que suele colaborar con asociaciones, colegios y residencias de mayores, pone las instalaciones y los perros, pero gana mucho con AyudanDOG. “Es un proyecto fantástico. Ojalá hubiera más iniciativas de este tipo. Nos gusta ver cómo los animales son tan beneficiosos para estas personas que, a su vez, están aprendiendo un oficio”, declara la directora de Gatocán, Beatriz Martín.

Y es que, mirando al futuro, como hace Lucía Lombardía, se puede, a través de estas actividades, “buscar una salida laboral” a los usuarios. “Todavía es un proyecto piloto, pero puedan salir nuevas cosas e ir mejorando”, concluye.

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