El desarrollo del parque de energías experimental de punta Langosteira arranca con 2028 en el horizonte

Una decena de empresas se muestran interesadas en la ejecución de las instalaciones, con un coste aproximado de 5 millones de euros | Su puesta en marcha depende de la concesión de ayudas europeas

Dique de abrigo de punta Langosteira. |   // LOC

Dique de abrigo de punta Langosteira. | // LOC / julio pérez

julio pérez

La historia de Galicia con la eólica marina empezó mucho, muchísimo antes de que la gran crisis energética desatada tras la invasión a Ucrania a principios de 2022 exprimiese el ingenio de todos los gobiernos de la UE en busca de fuentes alternativas a los fósiles importados desde Rusia e, incluso, del acelerón a la transición ecológica de las autoridades comunitarias en el maná de los fondos Next Generation para dejar atrás el golpazo del COVID-19 en la economía. Norvento y dos filiales desaparecidas de la antigua Gas Natural Fenosa llegaron a analizar las condiciones para los primeros parques frente a las costas de Carnota, Muros, Carballo, Arteixo y Malpica hace 20 años. El entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, puso el grito en el cielo e hizo llegar una carta con sus quejas a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, por los posibles efectos en la pesca. El Ejecutivo autonómico se negó a conceder a las empresas los permisos para colocar las torres de medición del viento y los proyectos se esfumaron.

En el cajón quedó también hace tiempo la zona experimental para el aprovechamiento de las energías marinas impulsada por el Instituto Enerxético de Galicia (Inega) en las inmediaciones de punta Langosteira. La concesión por parte del Estado se aprobó en 2015, pero hasta que la posibilidad de desarrollar la offshore flotante en España fue un hecho real con las decenas de propuestas presentadas en toda España y la revisión de los Planes de ordenación del espacio marítimo (POEM) para radiografiar qué zonas son aptas, apenas se supo nada. Ahora es uno de los proyectos estrella de la política energética de la Xunta, que acaba de completar una consulta previa al mercado para identificar candidatos a la construcción de “una infraestructura singular de ensayo” que permita “la promoción de actividades de desarrollo tecnológico, a través del ensayo de prototipos” —señala el informe resumen del Inega con el resultado del test de “soluciones innovadoras”— al mismo tiempo que “posibilita el desarrollo de estudios relacionados con el medio marino, la biodiversidad y los recursos energéticos renovables”.

Después del sondeo de candidatos, la Xunta concluye que el presupuesto rondará los 5 millones de euros y la ejecución del futuro contrato se alargará entre 2024 y 2028. Condicional el desarrollo a captar fondos europeos y apunta como la opción más factible los Feder a través de la Línea de Fomento de Innovación desde la Demanda para la Compra Pública de Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación. El Gobierno ya concedió el pasado octubre a la plataforma experimental una de las mayores ayudas en su remesa de subvenciones al ensayo de aerogeneradores marinos y flotadores: 20 millones de euros de los 147 millones repartidos en total. De fondo colea la polémica sobre la ubicación. El Ministerio para la Transición Ecológica llegó a asegurar que el área elegida en punta Langosteira choca con un corredor de aves protegidas.

El reto tecnológico plantea, básicamente, el diseño, desarrollo e instalación de una estructura flotante con un multiconector para dispositivos que aprovechen las energías del mar e instrumentación oceánica y medio ambiental ad hoc para la caracterización del medio y de las posibles afecciones que se produzcan en el entorno. Se trata, en definitiva, de un observador en primera fila de los proyectos de aerogeneradores o sistemas para undimotriz que se analicen allí. En el mercado solo hay, según la información recopilada por el Inega, “soluciones parciales” y uno de los puntos críticos es que se aproveche la propia energía del mar para autoabastecerse.

A la consulta previa se presentaron 10 propuestas de empresas en solitario, organismos especializados y varias alianzas. Estuvieron Inalia; Ágata Technology y Emetel; Consulting Informático de Cantabria; Ditrel Industrial; Fundación Centro de Tecnologías de Interacción Visual y Comunicaciones Vicomtech; Cibernos; el Cetmar; el Instituto Tecnológico de Galicia; Exponential Renewables; y Libelium-Wsense. El Inega sostiene que 9 de ellas “ofrecen un interés medio/alto y considera que “se dan las circunstancias” para abrir un proceso de compra convencional.

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