Entrevista | Carlos Vázquez Ventoso Jefe del servicio de Psiquiatría del Chuac

“El incremento de las urgencias de casos de salud mental es absolutamente desmedido”

“El estigma del enfermo mental sigue existiendo, aunque cada vez menos”

“Hay una banalización absoluta del consumo de tóxicos, especialmente el cannabis”

Carlos Vázquez Ventoso.   | // LOC

Carlos Vázquez Ventoso. | // LOC / Ana Carro

El jefe de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Carlos Vázquez Ventoso, fue uno de los profesionales consultados por el Concello para elaborar el Plan Municipal de Salud Mental que se acaba de poner en marcha y que cuenta con medio centenar de medidas para implementar en los próximos cuatro años. El médico habla de la importancia de los apoyos, del incremento de casos en urgencias y de los asuntos pendientes para mejorar la asistencia.

¿Cómo de necesario es contar con un Plan Municipal de Salud Mental?

Para nosotros, toda ayuda es bienvenida. Se pusieron en contacto conmigo y planteamos qué mapa de recursos tenemos y qué creemos que sería necesario. Ante la oleada que hay ahora mismo de atención, toda ayuda es buena, aunque nosotros siempre hemos mantenido que la prioridad de la atención al servicio tiene que ser el trastorno mental grave. O sea, pacientes con patología grave, como esquizofrenia o trastorno bipolar o una depresión mayor. Esos son los cimientos.

¿Qué ha cambiado en los últimos años?

Hemos visto un incremento desmedido de la atención en urgencias, tanto en adultos como en infanto-juvenil. Especialmente en adolescentes, con las autolesiones como expresión del malestar. Hay un incremento muy considerable. En adultos, también vemos tentativas autolíticas. Además, como apunta el Plan, hay un aumento considerable de casos de trastorno alimentario y consumo de tóxicos.

¿A qué se debe esto último?

Hay una banalización absoluta del consumo de tóxicos. Nosotros vemos las consecuencias de esa frivolización que hay con el consumo de tóxicos, sobre todo del cannabis. Tenemos episodios psicóticos, vemos estos síntomas motivacionales de falta de iniciativa o adolescentes muy apáticos. Entonces, en un cerebro vulnerable, todo lo que sea meterle tóxicos, puede hacer que acabes haciendo un brote psicótico. Ahora mismo, pues eso, hay una banalización absoluta del consumo de tóxicos, especialmente el cannabis, que en la actualidad es muchísimo más potente de lo que era. El porcentaje que tiene de THC es muchísimo más elevado que el que tenía antes y el riesgo de psicosis también se incrementa muchísimo. Es raro ahora mismo que el paciente que hace ese primer brote no haga consumos promedio.

¿Ahí es donde juegan un papel importante las campañas de sensibilización que figuran en el Plan?

Sí, se puede incidir especialmente en el tema de las adicciones y el consumo de tóxicos. En el tema de las autolesiones, nosotros, a través de la Consellería de Sanidad, hemos hecho un plan de todas las áreas sanitarias, que se llama Youth Aware of Mental Health (YAM), que incluye charlas de formación en los centros educativos para prevenir estas cosas. Insisto en que toda ayuda es bienvenida.

¿Qué más se necesita?

Necesitamos mucho soporte social en cuanto a cuidados de cuidadores y de pacientes graves. Como las labores de acompañamiento de pacientes graves, que a veces están un poco desamparados en ese sentido. Todo soporte desde el Ayuntamiento a nivel social que permita incidir en actividades en centros municipales para movilizar pacientes es muy beneficioso.

¿Esa labor de inclusión hace que se rompa el tabú?

Sí, que se acabe con el estigma del enfermo mental, que todavía sigue existiendo, aunque creo que cada vez menos. Aun así, sí que es importante incidir en eso, en romper el estigma y favorecer la inclusión del paciente con trastorno mental que no deja de ser uno de los colectivos más desfavorecidos.

¿Qué otros deberes pendientes hay en el área sanitaria de A Coruña y Cee?

Nuestra área sanitaria es más deficitaria en recursos que otras áreas sanitarias como pueden ser Vigo o Santiago. Disponemos de bastante buenos recursos. Afortunadamente yo creo que la dirección de la Gerencia es consciente de ello y estamos intentando mejorar. Nosotros, por ejemplo, necesitamos más camas de la unidad de agudos, mejorar las ratios en consultas externas, más plazas de hospital de día o rehabilitación. Necesitaríamos muchas cosas de las que ahora mismo carecemos, pero la verdad es que hemos mejorado en bastantes cosas y la intención es poner ya ahora en marcha este año un programa para pacientes con problemas de episodios psicóticos e intentar hacer un programa de psicogeriatría. Estamos, poco a poco, intentando mejorar la calidad asistencial. Hemos inaugurado el hospital de día de infanto-juvenil, que eso nos va a dar un plus de calidad a nivel asistencial muy considerable.

Una de las causas del aumento de casos, según el Plan, fue la pandemia. ¿Ha habido un gran cambio en los últimos cuatro años?

El incremento de las urgencias es absolutamente desmedido, tanto en atención pediátrica como infanto-juvenil y adultos. También estamos viendo un incremento muy considerable de trastornos depresivos mayores, o sea, patologías depresivas graves. Y luego lo que comentaba de la situación de los adolescente, con las autolesiones, y, también a raíz de la pandemia, un incremento muy significativo de casos de trastorno alimentario.

En los casos de depresión grave en mayores, ¿afecta la soledad no deseada?

No, sinceramente no. A veces hacemos como un reduccionismo social de la enfermedad mental. Los cambios sociales sí influyen en algunas situaciones, pero no deja de ser un componente biológico. Mucha gente se deprime no porque esté sola o porque le vaya mal en la vida, sino que puedes tener una depresión mayor como puedes tener cualquier tipo de patología física. Sí que evidentemente los condicionantes sociales influyen en muchas cosas, en la ansiedad o en episodios depresivos, pero no podemos tampoco hacer un reduccionismo exclusivamente a nivel social o sociolaboral de la enfermedad mental. No, es lo que llamamos siempre un componente biopsicosocial. Hay factores biológicos, hay factores psicológicos, hay factores ambientales, hay factores sociales, pero en muchos pacientes, esos que vemos con trastornos depresivos graves, no hay un factor social, sino que se deprimen igual que pueden tener cualquier tipo de enfermedad. De hecho, montamos la unidad de depresión persistente porque veíamos este notable incremento de pacientes mayores, de edad avanzada, con cuadros depresivos muy graves que precisan una atención mucho más especializada.

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