La odisea diaria del bus: doble fila, coches en paradas y atascos

Los conductores protestan por semáforos con poca visibilidad, calzadas demasiado estrechas y la plataforma única de la Marina, que, advierten, genera problemas de inseguridad

Automóviles en la zona reservada de la parada de Os Castros.   | // C. PARDELLAS

Automóviles en la zona reservada de la parada de Os Castros. | // C. PARDELLAS / Enrique Carballo

Cuellos de botella en los que se acumula el tráfico. Calles atascadas por la doble fila. Paradas de bus ocupadas reiteradamente por coches y furgonetas, o que generan colas por ser demasiado pequeñas. Plataformas únicas que crean problemas de seguridad. Estos son algunos de los problemas que se encuentran, día tras día, los conductores de autobús urbano coruñeses, que, en palabras del presidente del comité de empresa de la Compañía de Tranvías, Óscar Vieites, han notado que han aumentado los atascos en la ciudad y se sienten perjudicados por las reformas que han estrechado algunas calzadas. Además, alertan sobre los problemas que, consideran, traerán las obras de reforma de san Andrés y los cortes de tráfico consiguientes, previstos para este año.

El colectivo reclama actuar con más contundencia contra los que no respetan las normas de tráfico, pero también critican problemas de diseño de algunas vías y paradas. Cuestiones a tener en cuenta este año, en el que acaba la concesión municipal de la Compañía de Tranvías y el Concello, para cumplir la normativa y evitar que el servicio quede en precario, debería preparar un nuevo concurso que plasme las rutas y recursos con los que contará el servicio en los próximos años. O, como propone el BNG, municipalizar el servicio.

Avenida de Os Mallos. La “estrechez de la vía” causa “atascos continuos”, en palabras de Vieites, y problemas en la línea 11. Los vecinos han criticado el aparcamiento en batería, que resta espacio a la calzada: en palabras de José Luis García, portavoz de la Plataforma Veciñal Os Mallos, el bus urbano “las pasa canutas”, y el BNG reclamó soluciones en el pleno de septiembre. Fuentes del Gobierno local consultadas por este diario aseguraron que “los problemas de paso de bus son muy esporádicos en la avenida de Os Mallos, se deben en todo caso a que algunos conductores no aparcan dentro del espacio reservado, algo que cada vez se produce con menos frecuencia”, interpretación que no comparten los buseros.

Bus articulado en la rotonda del pavo real.   | // CARLOS PARDELLAS

Bus articulado en la rotonda del pavo real. | // CARLOS PARDELLAS / Enrique Carballo

Los problemas de la reforma de San Andrés. La rehabilitación del segundo tramo de la calle, una promesa largamente anunciada por el Gobierno local y que el Concello prevé iniciar en verano, supondrá el corte total de la vía desde la plaza de Pontevedra, mientras que en la reurbanización prevista para después de Semana Santa habrá un corte desde Santa Catalina hasta el cruce con Sol. Estas obras van a generar una “problemática para salir de Monte Alto”, de acuerdo con los conductores de bus, que “colapsará la calle de la Torre”.

En opinión de Vieites, en la zona del Campo da Leña se formará un “embudo” de tráfico. Durante las obras, cree el presidente el comité de empresa de la Compañía de Tranvías, habría que “quitar los aparcamientos” desde esta vía hasta la plaza de Portugal, y habilitar carriles de circulación.

Falta de seguridad en la Marina. Con plataforma única desde hace años, la avenida se convierte en “un auténtico peligro” cuando hay mucha gente en la zona; tanto por eventos extraordinarios como en algunos fines de semana.

Paradas ocupadas por coches. Este es un punto que genera “muchos problemas” a los conductores de buses urbanos. Algunos casos especialmente reiterados son la cabecera de la línea 21 en Juana de Vega, la cabecera de las líneas 20 y 22 en Juan Flórez o la cabecera de las líneas 4, 7 y 17 en Sanjurjo de Carricarte. De acuerdo con los representantes de los trabajadores de la Compañía de Tranvías, en la parada del 20 en la ronda de Outeiro con la avenida de Fisterra “siempre hay problemas”, y esto “provoca que tengamos que dejar los buses en el medio de la calzada”. Algo que sufren, sobre todo, los usuarios con movilidad reducida.

Bus con problemas para circular en la avenida de Os Mallos, en la que conductores y vecinos se quejan de la estrechez.   | // CARLOS PARDELLAS

Bus con problemas para circular en la avenida de Os Mallos, en la que conductores y vecinos se quejan de la estrechez. | // CARLOS PARDELLAS / Enrique Carballo

Colapso en la plaza de Vigo. Los problemas de circulación “son continuos” y llegan hasta Jaime Hervada, de acuerdo con los conductores de buses. “Se podrían solucionar eliminando cuatro plazas de aparcamiento que hay en el margen izquierdo de plaza de Vigo junto a la altura de la parada de bus”, considera Vieites, para “dar fluidez a ese entorno”.

Doble fila en Ramón y Cajal. Concretamente, a la altura de la calle Timón. Aquí hay coches mal aparcados “continuamente”, denuncian los conductores de autobuses urbanos, algo que “colapsa la calle” y el giro a Cuatro Caminos. Esta situación perjudica, indica Vieites, a los usuarios de la línea 14.

Colas en la parada de Os Castros. “Es pequeña”, resume Vieites, aunque en ella “paran siete línea de las nuestras y todos los metropolitanos”. La calle queda “cortada muchas veces varios minutos”, y además, se pueden encontrar con mucha frecuencia coches mal estacionados que dificultan el giro del bus de la línea 1. “Siempre te obligan a hacer la parada ocupando los dos carriles y cortando la calle”, protesta.

“Minicarril” en la ronda de Nelle. En las rotondas de la vía “no cabe un bus articulado” y en la bajada a San Pedro de Mezonzo “ampliaron la acera y le quitaron solo al carril derecho”. Eso hace que apenas haya espacio para circular y a los buses “nos encierran contra los coches que están aparcados a la derecha”.

“Atascos constantes”. Se dan en la avenida de Rubine, a la altura d e la parada de taxis, en “todo el entorno de Ciudad Escolar y en especial en la glorieta de Pavo Real”.

Novo Mesoiro y Matogrande. En el primero de los barrios “hay un continuo problema de doble fila” y paradas ocupadas. En la glorieta de Matogrande, también “muchos problemas de doble fila” y vehículos que no respetan la prohibición de aparcar en la línea amarilla.

Las paradas de bus, zonas de carga y descarga. Según los conductores de transporte público, se emplean como tales, además d para estacionar coches, lo que, una vez más, afecta especialmente a las personas con movilidad reducida, pues les es más difícil subir y bajar al bus si este no está en la zona reservada para parar. “Tendría que haber más contundencia contra esas prácticas”, demanda el líder del comité de empresa de Tranvías.

Automóvil estacionado en una zona reservada para autobuses.   | // CARLOS PARDELLAS

Automóvil estacionado en una zona reservada para autobuses. | // CARLOS PARDELLAS / Enrique Carballo

Los coches mal aparcados dificultan los giros. Existen “problemas recurrentes”, en opinión de los conductores de buses urbanos, en el giro de la calle Atocha con Orillamar, en Monte Alto. Según explican, estos problemas de circulación afectan a gran cantidad de usuarios, pues perjudica a los vehículos de media docena de líneas: la 3, la 4, la 5, la 6, la 6A, la 7 y la 17. Otro lugar en el que hay problema con coches mal aparcados, o en doble fila, es en el giro de la ronda de Outeiro con Capitán Juan Varela.

Semáforos difíciles de ver y con peores frecuencias. Están frecuentemente “tapados”, explica el presidente del comité de empresa de la Compañía de Tranvías, en la calle de San Andrés con Rúa Alta y en el paseo marítimo “a la altura del Rectorado”, donde hay una farola que obstaculiza la visión. En la plaza de mina los semáforos también “generan bastantes problemas”. Además, en el conjunto de la ciudad, “los últimos cambios en la frecuencia” de las luces de tráfico “han ralentizado mucho el servicio”.

“Incorporación peligrosa” en la avenida de A Pasaxe. Según explica Vieites, el problema se produce “a la altura del Materno-Infantil” y los buses de las líneas 12 y 17, al entrar en la vía, se ven obligados 2a invadir una línea continua”.

Aumento de tráfico y de congestiones. De acuerdo con los conductores de buses, “hemos notado un incremento de la circulación dentro de la ciudad”, en general, lo que a su vez conlleva “más atascos”.

Las conductas incívicas dificultan cumplir el horario. La doble fila y los vehículos mal aparcados que se encuentran en las zonas en las que los buses tienen que realizar giros, o donde hay línea amarilla, “hacen muchísimo daño” a la circulación del bus urbano, insiste el representante sindical de los conductores coruñeses. Los incívicos dificultan a los profesionales “realizar nuestro trabajo con eficiencia, como a nosotros nos gustaría, dando un buen servicio al ciudadano”.

La necesidad de esperar a que los coches se retiren, o maniobrar a menor velocidad para evitar chocar con ellos, obliga a los conductores a retrasarse en sus rutas, con lo que los vecinos que aparcan mal, explica Vieites, “hacen muchísimo daño” a los horarios de los buses y a los ciudadanos que recurren a ellos. “Como profesionales nos sentimos mucha veces con frustración por no poder circular debido a un vehículo mal aparcado o un atasco”, resume.

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