Entrevista | Cristina Prado Acebo Profesora e investigadora de la Universidade da Coruña (UDC)

“Hay que cambiar el aula: la pizarra puede ser una pantalla a la que accedan los alumnos”

“Ciencias de la Educación sigue el paradigma nórdico: pasillos amplios para trabajar en ellos”

Cristina Prado, en la Escola de Diseño Industrial de la UDC.   | // L. O.

Cristina Prado, en la Escola de Diseño Industrial de la UDC. | // L. O. / Enrique Carballo

Cristina Prado estudió Diseño Industrial en la Universidade da Coruña (UDC), y, tras trabajar en la empresa privada, volvió a la institución, en la que da clases de diseño y expresión artística. Acaba de defender con éxito una tesis de Arquitectura en la que explora cómo el espacio universitario influye en la enseñanza, desde la distribución del espacio del aula a la comparación de facultades de la UDC con otras del extranjero.

¿Qué quiso descubrir con la tesis?

Se están estudiando nuevas metodologías de enseñanza universitaria, se pretende que sean más activas para involucrar al alumnado, y que participe. Hay muchísima investigación en pedagogía y metodología, pero se está dejando de lado el espacio necesario para desarrollar esto. Se hablan del cambio en la educación, pero no del espacio necesario: este no ha cambiado en el último siglo, o no lo ha hecho sustancialmente, y existe necesidad de hacerlo.

¿Cómo tiene que cambiar?

No hay una solución [única] sino que se deberían tener en cuenta las actividades a desarrollar en cada caso. Y plantear un espacio, un mobiliario, adaptado a esas necesidades, y que se pueda redistribuir para conseguir la diversidad de escenarios que es necesaria. En la parte central de la tesis deconstruyo el aula tradicional y sus principales elementos,

¿Qué plantea?

Plantear cómo se debería de pasar de ese pupitre, mueble, fijo, a un prototipo móvil, con un ambiente más distendido, más relajado. Aunque haya sillas y mesas, no tienen que ser las que conocemos todos del cole, individuales. Hay momentos que sí requieren un trabajo concentrado individual, y podríamos tener esto, o cabinas. Si queremos colaborar o trabajar en grupo, serían necesarias mesas para un espacio de trabajo más amplio.

¿Y con otros muebles?

La pizarra y el estrado podrían dar lugar a una interfaz más interactiva, con mayor presencia de la tecnología, usando tablets o una gran pantalla a la que todos tengan acceso, sino accesible y que invite a participar. Y en la puerta, puede pasar de un espacio cerrado, donde parece hasta casi secreto lo que está haciendo el profesor, a uno más amplio, transparente y que invite a participar porque ves lo que se está haciendo.

¿Algo como cristaleras?

Sí, o directamente eliminar esta barrera y que sean espacios abiertos.

Analizó varias facultades.

Traté de buscar tres ejemplos de nuevas arquitectura: visité todos estos espacios, como profesora o estudiante. Hablo del paradigma nórdico, con nuevas aulas cargadas de tecnología que fomentan la experimentación. Los pasillos no son solo para permitir la circulación: tienen mobiliario para permitir encuentros de estudiantes que trabajan fuera de las horas de clase, o mover esta a los pasillos. Lo vinculo con la facultad de Ciencias de la Educación de la UDC. Sigue el esquema de arquitectura nórdica en el exterior, y tiene pasillos muy grandes, sofás y zonas con mesas y sillas comunes para que los estudiantes se reúnan y trabajen.

Visitó también Italia.

En la arquitectura mediterránea el paradigma es el reciclaje urbano y la reactivación de la ciudad. Visito la Universidad de Génova y la comparo con el campus de Ferrol y su Escuela de Diseño Industrial. En Italia, la escuela de arquitectura está en un antiguo convento, y otras facultades en antiguos palacios e iglesias. En el caso de Ferrol, era un antiguo hospital. Se recupera esa arquitectura para un nuevo uso, y al estar la Universidad dispersa y conectada con la ciudad, reactiva esta. Se crean muchos servicios alrededor de las facultades, y los universitarios tienen contacto con la comunidad.

¿Y el tercer ejemplo?

Visité el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, que ocupa una antigua fábrica. Es una nave completamente diáfana. Ayuda a que los estudiantes experimenten o trabajen de forma más activa. Lo vinculo con la Escuela de Arquitectura de A Coruña. En el interior todas las plantas son corridas: en el diseño original, puedes recorrer toda la planta sin encontrarte ninguna pared. Hay un patio central y todo alrededor es un anillo continuo, sin divisiones. Así se genera esa apertura, si bien luego se han añadido puertas correderas y divisiones. Es muy interesante haber podido observar estos paralelismos entre lo local y lo internacional y ver que hay ejemplos maravillosos en nuestro entorno.

¿Estas lecciones se pueden trasladar a colegios o institutos?

Uno de los motivos por los que me centré en la enseñanza universitaria es que ya hay investigación que tiene en cuenta los espacios, en niveles, sobre todo, de Infantil. Intento defender en la tesis que hay que crear espacio que crezcan con nosotros. No tiene sentido que con tres añitos estemos preocupados de que participemos y seamos creativos, y luego volvamos a un sistema mucho más rígido.

Suscríbete para seguir leyendo