El AVE se estrena en la estación de A Coruña: “La máquina funcionó bastante bien, la iremos afinando más”

El primer Avril llegó este martes desde Madrid con un retraso de veinte minutos y algunas quejas por las vibraciones, al tiempo que otros viajeros resaltan la comodidad de los asientos, presencia de pantallas y ahorro de tiempo

Así llegó el primer AVE a la estación de tren de A Coruña

Iago López

Tenía que llegar a las 18.14 horas de este martes, pero el primer Avril con pasajeros llegó a la estación de San Cristóbal, llegó con veinte minutos de retraso, entre las miradas de algunos curiosos que se habían aproximado para ver un estreno de la alta velocidad en A Coruña que se produce 32 años después de que se estrenase esta tecnología en España. Bajaron medio millar de pasajeros, de los que algunos venían desde Madrid y otros de Ourense o de Santiago, con críticas mixtas: hubo alabanzas por la rapidez y comodidad de la nueva máquina, que llega a 300 kilómetros por hora, mientras que otros usuarios protestaban por la demora en el viaje inaugural o por las vibraciones que se notan en los asientos, más acusadas que en los vehículos convencionales. Según explicaba el maquinista, Alejandro Pernas, la tripulación confía en que a medida que se sucedan los viajes se podrá ir recortando tiempos y “teniendo el tren más plazas, los precios tendrían que bajar un poquito”.

El maquinista, que ya tiene ocho años de experiencia con diversos tipos de ferrocarriles y que ya había manejando la nueva máquina en un periodo de formación, explica que “no hay mucha diferencia con otros trenes”, más allá de que “vamos un poquito más rápido, pero el funcionamiento es muy parecido”. Ahora “en teoría tenemos concedidos quince minutos” de ahorro de tiempo en relación a un tren convencional, pero “a medida que vayan pasando las semanas y meses iremos afinando más: las primeras circulaciones vamos un poco pesimistas”, resume.

El vehículo puede llegar a los 330 kilómetros por hora, aunque “comercialmente solo podemos circular a los 300”, una velocidad que alcanzaron en este trayecto. Pero la demora, explica, no fue culpa de la máquina, que “funcionó bastante bien”. Parte se debió a que tardaron unos nueve minutos de más en salir de Madrid, y parte a que hubo un problema con un cambiador de vías en Taboadela, antes de llegar a Ourense. Pero, insiste “fue un problema de la infraestructura del cambiador”, no de la máquina, que no tuvo incidencias de relevancia más allá de “algún tema puntual”.

El Avril, defiende Pernas, es un “avance”, pues permite llevar once vagones, y en este primer viaje fueron “unas 490 o 500 personas”, aunque admite que “cuando nos habilitamos del vehículo ya notamos que tiene más ruidos, más vibraciones”. “El vehículo tiene su margen de mejora pero es el que es”, señala el maquinista.

Carmen y Alicia, dos jóvenes que llegaron a San Cristóbal procedentes de Santiago, solo tenían palabras positivas para el nuevo tren. Coincidían en que era “cómodo” y señalaban que cuenta con pantallas táctiles para el uso de los viajeros. Pero para Ainhoa y Julio, que vinieron desde Ourense, “no ha sido el mejor día”, pues cuando fueron allí en otro tren sufrieron un retraso de “hora y media” y el Avril que los trajo de vuelta “llegó con veinte minutos de retraso”.

Los dos estaban haciendo el trayecto de manera “puntual, por tema de trabajo”, explica Ainhoa, pero, fuera de los problemas con los tiempos, su visión de la alta velocidad es en conjunto positiva. Ainhoa destaca que “el tren está mejor” que los convencionales en cuanto a tecnología y equipamientos, pues “tiene pantallas” a disposición de los usuarios, y también “los asientos son más cómodos que los que solemos coger habitualmente”.

De una experiencia “ muy agradable” a “muchísimo peor” que el tren común

El primer Avril que llegó ahora a San Cristóbal salió a las 14.50 horas de Madrid, y llegó, con algo de retraso, a las 18.36. Casi cuatro horas que sirvieron a Celia y a Santiago, dos viajeros que hicieron todo el viaje desde Madrid, para tener visiones absolutamente contrapuestas de la alta velocidad: para ella es una mejora con respecto a lo existente, mientras que Santiago considera que los trenes convencionales son preferibles, pese a la mejora de la velocidad.

Celia ya había realizado el trayecto en trenes ordinarios, o, como bromea, “ordinarísimos”, y cuando llegó este martes a San Cristóbal no sabía que era el primer viaje de alta velocidad hasta A Coruña. Pero ha visto una “diferencia para bien”, con ahorro de tiempo y un personal muy amable en la cafetería, pese a que “había muchísima gente” que atender. Los baños, de estreno, estaban “maravillosos, limpios”, y en conjunto la experiencia le pareció “muy agradable”. La única pega fue el retraso, pues “el AVE se espera que sea absolutamente cronometrado de principio a fin”, pero aún así la viajera no cree que la demora en el trayecto sea tan grave “para ser el primero” que se realiza.

Para Santiago, que realiza el viaje entre A Coruña y Madrid “tres o cuatro veces al año” usando el ferrocarril, el Avril no es preferible a los modelos a los que está acostumbrado. “Fui en el antiguo y me vengo en este, y muchísimo peor”, critica. Mientras que la ida fue “una maravilla”, en este opina que “tienes menos espacio” y el viajero está “pegado” al compañero, sobre todo en el lateral.

Pero su queja es “sobre todo la vibración”, que, considera, se da en el conjunto del tren. “Mucha tecnología y mucha historia pero la vibración es mucho peor”, afirma el viajero, que señala que en el modelo convencional el problema no se da “tanto”. A estas críticas añade el “retraso” en el ferrocarril y la parada técnica antes de llegara Ourense, si bien sí que considera positiva la “diferencia de tiempo” que puede conseguir el tren debido a su mayor velocidad.

Demora de dos horas y media de Vigo a Madrid

El primer Avril de Santiago a Madrid se estrenó con desorden e incidencias. Salió a las 09.30 de Vigo y llegó a las 10.27 a Santiago, donde se produjo una confusión por la llegada de varios vehículos a la vez. Hubo colas que llegaron hasta la entrada de la estación, y el tren de alta velocidad partió con seis minutos de retraso. A unos 500 metros de la estación de Ourense una incidencia dejó al vehículo parado y sin electricidad durante una hora: un Alvia tuvo que llevarlo hasta la estación, y hubo que interrumpir la circulación de otros trenes. Varios viajeros comenzaron a pedir autobuses para ir a sus destinos. El viaje continuó acumulando retrasos y llegó a Madrid con casi dos horas y cuarto de demora.