La Asociación de Lucha contra la Droga aprecia un aumento del consumo en A Coruña

El año pasado 355 personas se sumaron a los tratamientos que ofrece

Alerta de que la adicción se extiende a toda la sociedad

Tania Rodríguez, Rosa Barreiro, Mayte Lage y Ana González, en la rueda de prensa de Aclad. |   // C. PARDELLAS

Tania Rodríguez, Rosa Barreiro, Mayte Lage y Ana González, en la rueda de prensa de Aclad. | // C. PARDELLAS

El consumo de sustancias estupefacientes se ha incrementado en A Coruña durante el último año, según la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga de A Coruña (Aclad), que en la presentación de su memoria de actividades del año pasado destacó que 355 adictos participaron por primera vez en 2023 en sus actividades. La entidad señala que se ha incrementado la demanda de tratamientos que oferta, pero también advierte de que la mayoría de las personas afectadas por este problema no los solicita.

“Cada vez hay más incremento de solicitudes de tratamiento”, expuso Mayte Lage, psicóloga clínica de Aclad, quien sitúa entre los 18 y los 25 años la franja de edad en la que existe una mayor demanda, pero que el personal de la asociación “no ha detectado un aumento del consumo de heroína”.

“No hay más droga, pero la alerta es mayor”, declaró Rosa Barreiro, presidenta de la asociación, quien apuntó que la adicción afecta ahora a personas de todos los niveles económicos y sociales, mientras que en el pasado lo hacía fundamentalmente a personas de nivel económico bajo a través del consumo de heroína, pero que ahora los afectados son de cualquier estrato social. Como ejemplo de este cambio, Aclad reveló que en la comunidad terapéutica que gestiona hay cuatro residentes con estudios universitarios y que trabajaban en empleos relacionados con los mismos.

La psiquiatra Tania Rodríguez menciona que en la actualidad “hay una forma diferente de consumo de drogas, que es más adictiva” y causa mayores trastornos. También apunta la mayor facilidad para acceder a las sustancias “porque ahora existe teledroga, con la que llamas a tu camello de confianza y te la trae, mientras que en internet se puede conseguir de todo”.

Barreiro alerta de que muchas personas tienen “normalizado” el consumo de hachís y Rodríguez de su “banalización” por parte de los jóvenes a pesar de que en su experiencia profesional ha constatado que todos los adictos se iniciaron con esta sustancia.

Sobre la labor desarrollada el año pasado, la psiquiatra Tania Rodríguez, responsable de la Unidad Asistencial de Aclad, refirió que en la misma se realizaron 6.468 consultas, de las que 965 fueron las primeras a personas drogodependientes.

La franja de edad con mayor demanda de atención es la de 18 a 25 años

Los pacientes son mayoritariamente hombres y solo un 2% menores de edad. Esta unidad administra de forma regular metadona a 584 personas y una sustancia diferente a otras 18. También previene y controla el contagio de la hepatitis C con el reparto de 7.200 kits de jeringuillas y del sida con la distribución de 2.160 preservativos. Rodríguez puso de relieve que “cada vez hay más pacientes” que presentan no solo un trastorno mental, sino también de otro tipo, y además de carácter grave.

La Unidad de Día es otro de los servicios de Aclad, en la que los pacientes reciben un tratamiento por parte de tres educadoras sociales en el que no quedan ingresados y que les proporciona asistencia psicológica, física, educativa, de prevención de la adicción, formativa, laboral, social y legal. De los 88 usuarios que pasaron por la unidad el año pasado, 27 recibieron el alta terapéutica y otros 13 la solicitaron de forma voluntaria, mientras que 17 abandonaron el tratamiento y 22 continúan recibiéndolo.

La comunidad terapéutica contó en 2023 con 51 residentes, de los que 45 eran hombres. La mayoría eran consumidores de cocaína y padecían trastornos. La estancia media es de 60 días, aunque el tratamiento dura 90. De los participantes, 43 recibieron el alta y solo uno abandonó el centro, según destacó su directora, Ana González.

Barreiro hizo hincapié en la necesidad de considerar a la adicción como una enfermedad y de que las recaídas de los pacientes durante su rehabilitación no sean tratadas como un fracaso.