Pegar y no encajar. Ésa es la consigna con la que el Deportivo saltará esta noche al ring de Riazor dispuesto a noquear al Sevilla en el combate definitivo. Será el tercer enfrentamiento entre ambos púgiles en los últimos ocho días. En los dos primeros el Dépor acabó en la lona, el miércoles en el Sánchez Pizjuán y luego el sábado en A Coruña. Ambos golpes dolieron, sobre todo el último. El conjunto hispalense estaba grogui en el descanso, al que se fue por debajo en el marcador y con un hombre menos; pero en la segunda mitad echó mano de su casta andaluza para tumbar de nuevo a su oponente, que bajó la guardia de forma inexplicable. Cuatro días después ambos se vuelven a encontrar. El Dépor, con la obligación de pegar y no encajar porque le vale con un 1-0 para sobrevivir en la Copa. Y el Sevilla, dispuesto a lanzar sus guantes a la contra, como más le gusta, en busca de un gol con el que obligaría a su contrincante a tener que hacer dos para empatar la eliminatoria.

El equipo de Manolo Jiménez llega crecido y con confianza. Se siente fuerte por haber derrotado dos veces seguidas al Deportivo, pero al mismo tiempo no las tiene todas consigo. Sabe que hoy luchará contra un enemigo que tiene ánimo de revancha. El técnico hispalense aparcará las rotaciones y echará mano de sus mejores hombres para conservar su ventaja de la ida. Algo parecido hará Miguel Ángel Lotina, quien finalmente pondrá en liza a varios de sus titulares. Había anunciado su intención de repetir el mismo once del pasado miércoles en el Pizjuán, pero finalmente ha dado marcha atrás. Ve más fácil remontar esta eliminatoria que puntuar el sábado en el Camp Nou. Por eso golpeará con sus mejores puños. Merece la pena un esfuerzo para luchar por la gloria de eliminar al Sevilla, aunque el vasco tampoco podrá contar con todos sus pesos pesados.

Alberto Lopo, con molestias en una uña del pie, está prácticamente descartado, al igual que Riki, que ayer no pudo ejercitarse al estar mermado por un proceso gripal. Los dos iban a pelear desde el inicio, pero muy probablemente ni siquiera se enfundarán el calzón corto. Manuel Pablo y Laure, las dos opciones para el lateral derecho, también están con molestias, así que Piscu podría ser finalmente el elegido para ocupar esa demarcación. Colotto es fijo en la zaga, que podría completarse con Zé Castro y Filipe en el lateral izquierdo. Más dudas hay del centro del campo hacia arriba, aunque en punta Lotina parece dispuesto a darle continuidad a Rodolfo Bodipo. El andaluz sigue en estado de gracia. Ha marcado en los últimos cuatro partidos que ha jugado y hoy su acierto de cara a puerta puede ser determinante, igual que lo fue en el trascendental partido de la Copa de la UEFA contra el Nancy.

El combate europeo ante el equipo francés fue memorable y levantó al público de sus asientos, pero no tanto como la noche del Brann. Aquélla sí fue una velada dramática, agónica y heroica, de las que hacen afición. Acabó decidiéndose en la tanda de penaltis, algo que podría repetirse esta noche si el encuentro finaliza con 2-1 y luego no hay goles en la prórroga. En aquella ocasión Daniel Aranzubia fue el salvador ante el conjunto noruego. Hoy le tocará estar bajo los palos al grancanario Fabricio. Hace una semana un error suyo abrió el camino del triunfo sevillista en la ida. Hoy tiene la oportunidad de resarcirse. Es lo que tiene el fútbol. Siempre da una segunda oportunidad. O una tercera, como esta noche. Al Dépor le espera la gloria o el KO. No hay más opciones. Le interesa un combate largo y no salir a cebarse con su rival. Eso es lo peor que puede hacer. Si se ciega desde el minuto uno queriendo golpear sin tregua, el Sevilla tendrá ante sí un camino alfombrado para asestar el golpe definitivo. A la contra es letal. Lo demostró el sábado. Por eso habrá que tener paciencia, cansarlo y pegarle en cuanto se tenga oportunidad, no a lo loco.