El Chaston, la discoteca, sobrevive en la noche coruñesa desde 1978, con más cuarentones que veinteañeros en su pista de baile de la calle Costa Rica. El Chaston, el equipo de fútbol sala, expiró hace tiempo, a mediados de los noventa, y con su desaparición se perdió también el juego de primer nivel de este deporte en A Coruña. Detrás del local de ocio y del club estaba la misma persona, el empresario Miguel Mosquera, fallecido hace año y medio. En la década de los ochenta puso en pie el Chaston, un equipo que fue campeón de la Liga española dos veces (1985 y 1986) y de la Copa del Rey tres (1986, 1987, 1988) del que se acuerda todo aficionado en la ciudad y por el que pasaron algunos de los mejores futbolistas del mundo, como el brasileño Denis, el primer jugador de su país en fichar por un equipo español de fútbol sala, un deportista que dejó huella y al que le sedujo la hospitalidad de A Coruña, donde vive desde que aterrizó en Alvedro desde su Río natal en agosto de 1981.

Denis Ney Araújo da Silva, Denis el del Chaston, vive ajeno al deporte desde hace tiempo, aunque la pasada semana medió entre el Montañeros y la asociación Acción Directa para que el club de fútbol herculino donase material deportivo a un equipo etíope de jóvenes futbolistas. En A Coruña marcó una época en un equipo campeón hasta que se retiró cinco años después de llegar. Ahora aún añora aquellos tiempos, a aquellos compañeros con los que compartió vestuario, aunque al fútbol sala apenas le presta atención.

"Tuve la suerte de jugar con un gran equipo y este deporte es un deporte de conjunto, por mucha estrella que yo fuera. Estaba Julio, uno de los mejores porteros que he visto; estaba Vituco, un galáctico de la época; Chema Olaiz, un pedazo de jugador en punta; Ruchi, un venezolano que pisaba el balón de maravilla; Castillo, Pibe, Señor, Javier? y el míster, que era Bebucho, que nos mantenía muy unidos", recuerda Denis.

"Afortunadamente me quedé aquí, fue la mejor cosa que hice en mi vida, un amor a primera vista", repasa Denis sus primeras vivencias coruñesas, hace 28 años. "Vine a jugar con la selección de Rio y marqué el gol de la victoria ante el Chaston. El presidente, Mosquera, nos invitó por la noche a la discoteca, se sentó a mi lado, me dijo que quería hacer un equipo campeón para hacer frente al Interviú y que quería contar conmigo. Yo le dije que sólo le pedía casa, comida y ropa lavada, era lo único que necesitaba. Del dinero ya hablaríamos. Me puso en una pensión, la de la señora Mercedes, que me trató como a un hijo".

"No me costó nada adaptarme". Con esta facilidad, Denis, que como futbolista sobre hierba había jugado en los juveniles del Flamengo y más tarde en el River, fue abrazando el encanto que le causaba la ciudad de A Coruña. "La gente es muy amable y educada, la comida es deliciosa. Los brasileños me preguntan todavía por qué llevo tanto tiempo aquí, donde llueve mucho. Pues pinta un sol en la pared de mi casa, ya verás como así no llueve. La calidad de vida que tengo aquí nunca la tendría en Brasil. Vuelvo doce o quince días cada dos o tres años y si paso más tiempo ya me cabreo. Aquí todos somos iguales y en mi país hay mucha diferencia de clases, no hay seguridad social ni escuelas para los niños".

Cuando Denis retiró el uniforme del Chaston a los 36 años inició una nueva travesía en su vida como coruñés, casado ya con Chus, "lo mejor que me ha pasado en A Coruña", con la que tiene un hijo. "Me enseñaron a trabajar en el mercado de frutas, en A Grela, en Naranjas Ibáñez, en cuyo equipo también jugué, descargando cajas. Muy buenas personas me encontré allí: Lino, Marcelino, José María, la gente de Frutas Naya? Y luego tuve la suerte de empezar a trabajar en Zara, en Inditex. Sigo ahí desde hace veinte años. Empecé de mozo de almacén en unos años muy duros, desde abajo, hasta llegar a ser ahora gestor en la sección de exportación. Estoy muy contento".

Denis, un fenómeno en la pista, ha perdido con el paso del tiempo el romance con el fútbol sala. "De vez en cuando juego un poco en la cancha de San Diego, una pachanga y nada más". ¿Una al mes? "No, que va, una o dos al año, ríe la antigua estrella del Chaston. "Montamos fiestas los brasileños que vivimos aquí y bailamos samba, que también se suda". Ni por televisión le presta tampoco demasiado caso Denis a los partidos de fútbol sala: "Veo alguno a veces, veo que ahora corren mucho los jugadores, hay mucha táctica y fuerza. Se ha ganado físico pero no me gusta cómo se juega ahora".

Tampoco le gusta a Denis que España le haya robado terreno y éxitos al combinado nacional de su país: "España tiene ahora unos jugadores muy buenos y ha perdido el respeto a Brasil (risas). Es una selección que cree en sus posibilidades, tiene mucha garra, identidad y personalidad". Pero que el panorama no se repita en fútbol grande, mucho menos en un Mundial, palabras mayores para el ex jugador del Chaston: "Que no os parezca mal. Me encanta el fútbol precioso de España, que tiene un equipazo, pero para ganar ya está siempre la selección de Brasil".