Tiene un apellido relacionado con el fútbol, pues suena como el del entrenador del Madrid -que precisamente el lunes se enfundó los guantes de portero en el entrenamiento de su equipo-, y su hazaña del fin de semana también encuentra su espejo en el mundo balompédico, aunque Alberto Mouriño se dedica al balonmano en el OAR Coruña y juega como guardameta. El pasado sábado, al igual que su homologo en el Deportivo Dani Aranzubia en el partido contra el Almería, el lalinense cambió su rol y se convirtió en el goleador del equipo con un tanto que pudo ser decisivo en la octava victoria consecutiva de los oaristas, que se impusieron por 29-28 al Seis do Nadal Coia para colocarse cuartos en la clasificación. Lo más insólito es que el gol no es el primero para el guardameta. Ya lleva cuatro en su carrera deportiva. "Siempre acabo cada temporada con al menos un tanto", afirma.

"La verdad es que en balonmano no es tan difícil ni tan poco habitual como en el fútbol que el portero marque un gol". Alberto Mouriño se quita méritos, pero no es nada fácil hacer lo que hizo. En la misma jugada, fue el protagonista en ambas porterías. Primero, paró una ocasión de los vigueses, salvando al OAR de encajar un gol. Acto seguido, levantó la vista, vio que el portero rival estaba adelantado, lanzó de puerta a puerta con la suerte de que el balón cruzó todo el campo y fue directo a las redes del Seis do Nadal. "No sabía ni cómo celebrarlo", admite, aunque ya es todo un experto, con cuatro goles en su carrera deportiva como guardameta, en la que ha defendido las mallas de Teucro, Pamplona, la selección española juvenil y, ahora, la del OAR. "No es que sea un experto, pero ya verás como en los entrenamientos de esta semana más de un compañero me va a vacilar por lo del gol y a compararme con el portero del Deportivo, Aranzubia, que también marcó este año un gol", bromea.

A pesar de que Mouriño resta importancia a su hazaña, su entrenador, Pablo Aguirregabiria, explica que todo tiene su porqué. "De todos los jugadores del equipo, es uno de los que mayor riqueza táctica tiene y es muy listo, tiene en mente todos los factores del juego y por eso se le dan bien este tipo de acciones, de lanzamiento final", expone el técnico vasco, que también alaba a su guardameta por su capacidad de estudio de la categoría: "Se conoce a todo el mundo, a todos los rivales, porque ve un montón de vídeos. Es un estudioso de esto. Por eso creo que será un portero de largo recorrido. Es su primer año en esta categoría, porque venía de estar con el Teucro en División de Honor y cuando estuvo en Primera, fue en el grupo B, no en el A, que es el nuestro. El año que viene, por tanto, conocerá mejor a todos los rivales y aún estará mejor en las acciones de uno contra uno".

Racha de victorias

Aunque Pablo Aguirregabiria ya habla de la próxima temporada, Mouriño, que afirma que está muy contento en A Coruña y en el OAR y que se quiere quedar, dice que todavía hay que esperar, porque las renovaciones se firman al final de la temporada y que, de todas formas, es algo que no depende de él mismo, sino del club. "Tienen que mirar cuáles son los objetivos, el proyecto que hay para el próximo año y si yo encajo en él", opina. Por eso, prefiere centrarse en lo que queda del actual ejercicio, en el que el conjunto herculino encadena una racha de ocho victorias consecutivas, algo que, por desgracia, no les vale para poder aspirar a la segunda posición de la tabla de la clasificación y con ello al play off de ascenso, porque sólo quedan dos partidos y el Xiria les lleva cuatro puntos. Y a empate de puntos, los carballeses ganaron los dos derbis, el de la primera y el de la segunda vuelta, por lo que seguirían manteniéndose por delante. El portero se lamenta. "Si esto dura dos semanas más lo conseguimos, porque estamos en una buena racha, con ocho victorias seguidas, y eso quiere decir que estamos haciendo las cosas bien. Ahora lo que tenemos que hacer es no bajar el ritmo e intentar subir a la tercera posición. No dependemos de nosotros mismos, pero lo intentaremos", concluye.