Al pie de la cascada del Ézaro, la única de toda Europa que desemboca en el mar, en la localidad coruñesa de Dumbría, se presentó ayer el Gran Fondo Ézaro, una prueba ciclista en la que mil deportistas, entre ellos Miguel Indurain y el italiano Claudio Chiappucci, asumirán el reto de superar rampas de hasta el 30% de pendiente.

Ese emblemático escenario, próximo al Mirador que fue meta de la duodécima etapa de la Vuelta a España de 2012, albergó una "presentación atípica", como señaló el responsable de la organización, el exciclista profesional Ezequiel Mosquera, segundo en la ronda española de 2010.

Él ha conseguido que en la prueba participen Miguel Indurain, ganador de cinco ediciones del Tour de Francia y dos Giros de Italia, y el italiano Claudio Chiapucci, que llevarán el dorsal 1 y 1.000, respectivamente.

Junto a ellos, ya hay 800 deportistas dispuestos a participar el 4 de julio en el Gran Fondo Mirador do Ézaro y el cupo todavía está abierto. "Cerraremos la inscripción al llegar a mil porque con los servicios que tenemos en el Ézaro no queremos correr el riesgo de no poder dar cobertura a todos", explica Mosquera.

El año pasado fueron 400 ciclistas los que afrontaron la prueba y en esta edición, más internacional, como mínimo, se aseguró duplicar el número.

Empujón necesario

"Para tener tantos participantes en este tipo de pruebas se necesita mucho tirón", señala el exciclista, consciente de que la participación de ilustres como Miguel Indurain y Claudio Chiapucci ha despertado el interés de muchos amantes del ciclismo y de las batallas de ambos en el Giro de Italia y en el Tour de Francia.

También intentó que participara Gianni Bugno, dos veces campeón del mundo y ganador del Giro, y, aunque a día de hoy no está descartado, asume que será difícil contar con él por su actividad profesional, que, en principio, le impide desplazarse ese día a Galicia.

"Tenía claro que con ciclistas como Indurain, Chiappucci, (Gianni) Bugno, (Laurent) Jalabert, Alex Zülle o Toni Rominger el éxito está garantizado por la nostalgia, porque a cualquiera que le hablas de ellos se le pone la piel de gallina. Yo mismo me enganché a la bici viéndoles pedalear", comenta Mosquera.

Convencer a Indurain y Chiapucci fue posible por el "calendario", ya que no tenían otros compromisos, y porque, sostiene el exciclista, este es "un proyecto serio".

"En cuestión de días me confirmaron su asistencia", confiesa Mosquera, que estuvo rodeado en la presentación, entre otros, por el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño; y Carlos Oliete, director de Ferroatlántica, patrocinador del evento.

La prueba, dura, tendrá 137,2 kilómetros de recorrido con inicio en Ézaro, en el ayuntamiento coruñés de Dumbría, y final en el Mirador, una subida de 1,8 kilómetros con rampas que llegan al 30 por ciento de pendiente y donde en la Vuelta a España se impuso el español Joaquim Rodríguez hace tres años.