España debutó con éxito en la Eurocopa con un equipo renovado con respecto al que jugó hace dos años en el Mundial de Brasil. El objetivo de Vicente del Bosque tras el batacazo que supuso la eliminación de la selección en la primera fase de la competición -hecho histórico, ya que ninguna campeona había quedado fuera tras los dos primeros partidos- fue llegar a la Eurocopa con un equipo renovado y de futuro.

El debut ante la República Checa propició que cinco jugadores de la selección, De Gea, Nolito, Morata, Thiago Alcántara y Aduriz se estrenaran en una fase final y tres de ellos, De Gea, Nolito y Morata salieron en el once inicial. De los tres solo De Gea jugó los 90 minutos, mientras que Morata fue sustituido precisamente por otro de los debutantes, Aduriz. Nolito dejó su puesto a Pedro en el tramo final del partido.

La presencia de De Gea en la portería en sustitución de Casillas fue una apuesta decidida de Del Bosque. Surgieron dudas por el asunto extradeportivo desvelado la pasada semana en el que está implicado el jugador, pero el seleccionador mantuvo su criterio deportivo y le alineó como titular. De Gea apareció poco en el partido, pero cuando intervino lo hizo con seguridad.

Morata jugó 61 minutos y fue protagonista de las mejores ocasiones de la selección hasta que dejó su puesto a otro de los debutantes, Aduriz, que participó menos en el juego ofensivo.

Por su parte, Nolito lo intentó con más ganas que acierto en la primera mitad. La defensa de cinco de los checos dejó pocos espacios y el andaluz lo acusó, aunque nunca se escondió.

Otro de los debutantes, Thiago, entró al campo para dar mayor creatividad al equipo en el tramo final y lo consiguió, redondeando así una buena actuación de una selección que parece haber apostado por una transición de futuro.