Con la inspección veterinaria hoy a las 15.00 horas, el CSI 4* Casas Novas entra en la fase definitiva previa a la competición. En este trámite obligatorio, los veterinarios especializados comprueban la documentación de los caballos y supervisan que sus condiciones sean las idóneas y reglamentarias para poder participar. Cualquier anomalía será objeto de un análisis detallado para descartar lesiones o sustancias no permitidas, con el fin de que el concurso sea una ejemplo de limpieza.

Rondan los 160 los ejemplares inscritos en el concurso coruñés, con 65 jinetes para montarlos, procedentes de dieciocho países. Del conocimiento mutuo entre jinete y caballo así como del bienestar y preparación del mismo depende un altísimo porcentaje del éxito, según cuentan los propios jinetes. Gerardo Menéndez, que irá como reserva a los Juegos de Río, lo tiene claro: "estar en buena forma, física y mentalmente, es esencial, pero para nosotros la compenetración con el caballo es básica. Conseguirlo es, como en todo, una cuestión de trabajo y constancia", explica.

Al igual que en todos los deportes, la vida del jinete está fuertemente influida por el calendario de competiciones. En este sentido, Menéndez- décimo en el ranking español -subraya el sacrificio personal y familiar que suponen los viajes y desplazamientos a los distintos concursos. "También mantener la tensión a lo largo de varios días de competición es algo a tener en cuenta".

Aun así, no hay un patrón general para todos. Junto a aquellos jinetes cuya actividad se centra en la competición deportiva, existen profesionales de diferentes ámbitos para quienes la hípica es una dedicación a mayores de su actividad cotidiana, pero no necesariamente secundaria. Es el caso del pontevedrés Javier González Fraga. Veterinario de profesión, es el segundo gallego mejor colocado en el ranking nacional -27º, después de Manuel Añón, 18º- compite con caballos formados por él mismo, y su éxito está en "trabajar la mente del animal".

"Un caballo contento, fresco, no saturado de trabajo, funciona mejor. Es lo mismo con cualquier deportista de élite: es importante la condición física, pero también la cabeza es ". Por eso, intenta ofrecer a sus ejemplares "unas condiciones lo más próximas a su hábitat natural. Que vayan al campo, que se revuelquen, que se sientan despejados", explica Javier González.

En cuanto al jinete, González Fraga señala la importancia de realizar ejercicios específicos para reforzar la espalda y la exigencia de los recorridos. "No estamos ante un deporte extremo ni 100% físico. La hípica es mental. De hecho, es el único deporte olímpico en el que hombres y mujeres compiten en bajo las mismas condiciones".

Parece claro, pues, que el mayor don de un buen jinete está en la sensibilidad y el conocimiento del caballo. "Sentir al caballo es la clave, y ahí puedes tener la habilidad innata o desarrollarla a base de horas de esfuerzo", dice Iván Serrano. Este jinete vasco llega mañana hoy a Arteixo conduciendo su propio camión, después de estar la semana pasada en Lisboa. "Yo soy mi mozo y mi chófer. Estar en un concurso del nivel de Casas Novas es un premio al trabajo diario y una oportunidad para disfrutar y ponerte a prueba", manifiesta el undécimo clasificado del ranking nacional.

Serrano subraya que "este es un deporte de precisión. Por eso tu forma física no es lo más importante, importan los reflejos, la actitud, la toma de decisiones. Pero lo definitivo es que al otro lado hay un animal que tiene sus días y con el que hay que sintonizar. Leer al caballo es el punto de partida", sentencia.