Ni Donald Trump se quiso perder una San Silvestre de récord. De participación, con 3.500 atletas. Y de tiempo, con un Lolo Penas que entró en María Pita en poco más de 18 minutos. El arzuano fue una locomotora exprés que consiguió doblegar al vigente campeón, Abdelaziz Fatihi, y que encabezó un tren de diversión, deporte y solidaridad en la prueba organizada por el Club Rialto y el Ayuntamiento, y patrocinada por LA OPINIÓN. Raquel Vázquez logró retener su corona de reina del final de año.

O Miúdiño, cantado a coro por los participantes en el Obelisco, dio la salida. El rojo fue el color. Y el complemento estrella, el gorro de Papá Noel. Hasta los perros iban disfrazados. El traje que mejor le queda a Penas es el de atleta. Es uno de los más grandes de los últimos tiempos y lo confirmó en la San Silvestre. Alberto Castiñeira y Diego Ruiz solo pudieron seguirle de lejos.

El disfraz ganador en categoría individual fue un Obelix. En grupos se impusieron las piezas de Tetrix. Tuvieron mucha competencia. Como un AVE, cuyos ocupantes se jactaban de ser los primeros en traer el tren de alta velocidad a Galicia. O el encierro de San Fermín en las calles de la Ciudad Vieja. Y al llegar, a descorchar el champán.