Aunque no hay mal que por bien no venga, las obras de reposición del tartán de las pistas de Elviña cerraron desde el pasado lunes las puertas de esta instalación durante aproximadamente dos meses en plena temporada de atletismo. Un quebradero de cabeza sobre todo para el Coruña Comarca y el Marineda Atlético, que se ven afectados de lleno. Cerca de 300 niños de sus escuelas han tenido que ser recolocados, con poco margen de maniobra ya que fueron avisados el pasado miércoles por un cartel y el jueves vía correo electrónico de que este lunes entraban las máquinas. Mientras. Los atletas de categorías superiores, entre ellos algunos internacionales y medallistas nacionales como Mauro Triana y Denís Suárez, tendrán que buscarse la vida y entrenar en el INEF, el Palacio de los Deportes de Riazor, la playa, en parques y la propia calle.

"La verdad es que el tartán ya estaba tan impracticable que era prácticamente como entrenar en la calle", señala José Carlos Tuñas, responsable del Coruña Comarca y que junto a José Antonio Toto Bazán, presidente del Marineda Atlético, fueron dos de los que más lucharon para que esta reforma se llevara a cabo. "Peleamos tanto que sentí una enorme alegría cuando me enteré de que empezaban las obras, pero al mismo tiempo, una enorme angustia pensando en dónde iba a meter a los niños", comenta Bazán. El Riazor Coruña es el menos perjudicado. "En invierno entrenamos casi siempre en el Palacio de los Deportes de Riazor. No nos afecta directamente, pero sí si el Palacio se ve masificado para acoger a los que no pueden ir a Elviña", dice Julio Santiago.

El inicio de las reformas se demoró más de dos meses. Tendrían que haber comenzado en agosto, pero la empresa que provee el material estaba cerrada. Y aunque la Universidad aseguró ayer a este periódico que las obras todavía no habían empezado, los clubes ya no pueden utilizar las instalaciones. "Pasé por allí el lunes y ya estaban limpiando, que es lo primero que tienen que hacer antes de colocar por encima la nueva capa de tartán", apunta Tuñas, que dice que el aviso les pilló descuidados y consiguió el acomodo de la escuela de su club, con cien pequeños, en las instalaciones del Sporting Casino. Los casi 200 niños del Marineda entrenaron el lunes, gracias a un favor personal, en las pistas del INEF porque todavía no tienen una respuesta de la Universidad de si podrán acudir allí durante todo el tiempo que se prolonguen las obras. "Deberían darnos una alternativa. Es como si se estropea un aula en una escuela. El propio colegio recoloca a esos niños en otra aula", se lamenta Bazán.

"Es un mal necesario, pero un mal evitable", sentencia Julio Santiago, que añade: "Muy cerca de allí hay unas instalaciones de los mismos dueños. Es muy fácil y lo necesario, sobre todo para las escuelas. A los niños, y a los padres, no se les puede estar mareando. Los mayores sí que se pueden arreglar todo este tiempo sin ir a la pista". Otra modalidad afectada es el rugby, que ya llevaba un mes sin poder utilizar Elviña por el mantenimiento del césped. "Ahora que podíamos volver, nos dicen que nada porque empiezan las obras del tartán", se queja Jos Portos, entrenador del CRAT que lucha por el título de División de Honor femenina. "Estamos entrenando de diez a doce de la noche en Acea de Ama y A Leyma. Cargando con el material de un lado a otro. Una maravilla", reprocha.

En los veinte años desde la inauguración del estadio, en 1997, nunca había sido retocado el tartán. Las condiciones de entrenamiento, con baches y socavones, no eran las mejores para un atletismo coruñés que puja fuerte, sobre todo en el sector de la velocidad. Hace unos meses se encendieron todas las alarmas ante la posibilidad de que en las obras se cambiase el césped natural por uno artificial para que se pudiesen disputar partidos de fútbol, lo que fue finalmente rechazado. Otra de las polémicas fue que las medias lunas quedarían excluidas de la remodelación. Ante las protestas, tendrá tartán nuevo solo el pasillo central de las mismas, donde se entrenan los lanzamientos de jabalina.