Garbiñe Muguruza entra en un territorio cada año más conocido con el estreno del Grand Slam en Australia, donde busca su tercer grande en progresión los últimos años, a pesar de las recientes bajas por distintas lesiones en los primeros torneos de 2018, un año que arranca sin Serena Williams y con la misma apretada luchar por hacerse con los mayores premios, incluido el número uno.

La hispanovenezolana no comenzó con buen pie el año, sacando a relucir un lastre en sus temporadas en forma de lesiones. En su debut en Brisbane fueron los calambres y en Sidney, a cinco días del primer grande del año, un dolor en el abductor. "No siento dolor", dijo en Melbourne Park, donde el año pasado firmó su mejor participación, cuartos de final.

La número tres del mundo debutará mañana ante la francesa Jessik Ponchet sin ritmo en sus piernas pero con un caché de calidad y galones. La de Caracas tiene cinco títulos en su haber y dos son Grand Slam. Su progresión, Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017, le llevó el año pasado a alcanzar incluso el número uno del mundo y le otorga este 2018 un merecido foco de protagonista.

La ausencia de Serena Williams sólo es un problema menos. El cuadro se antoja igualmente exigente en cada tramo, con una posible tercera ronda ante Agnieszka Radwanska. En octavos estarían esperando Angelique Kerber o Maria Sharapova. La carrera por el grande australiano vive también la defensa del número uno por parte de Halep.