El Celta cierra la primera vuelta del campeonato con una victoria inmerecida en casa de un Levante que tuvo oportunidades claras de remate para quedarse con los tres puntos. En esta ocasión, la fortuna sonrió a los célticos. Sisto acertó uno de los dos únicos remates que realizó su equipo en todo el partido, aunque de poco serviría el tanto del internacional danés antes del descanso sin las dos extraordinarias intervenciones que realizó su compañero Rubén a remates de Boateng.

Los locales desperdiciaron tres clarísimas ocasiones ante un rival que ha descubierto una mina de oro en el Ciutat de Valéncia, donde ha ganado en sus cinco últimas visitas. En la de ayer, los celestes buscaban un triunfo que les redimiese de las culpas por la eliminatoria con goleada en la Copa y que les devolviese a posiciones próximas a los puestos europeos.

En estos casos, se valora más lo práctico que lo estético y el Celta ayer fue en busca de lo que más le convenía, sin reparar en más detalles que anotar un gol más que el adversario. Y para marcar solo necesitó dos disparos a la portería de Oier. El primero fue un flojo remate de Mallo. El segundo supuso el gol de Sisto.