El Leyma Coruña no tiene tiempo para los lamentos. Es lo que tiene el formato de play off, con dos partidos prácticamente seguidos. Eso provoca que después de cada uno de ellos haya que hacer borrón y cuenta nueva. Porque aunque perdiera el primero de la serie frente al Manresa, una victoria del conjunto naranja en el segundo supondría un importante golpe a la eliminatoria antes de que esta se traslade la próxima semana a A Coruña. El triunfo iguala el duelo de cuartos de final, que podrían decirse en territorio naranja. Pero una nueva derrota encendería las alarmas. El 2-0 dejaría al equipo catalán a solo otra victoria de plantarse en las semifinales, a las que podría acceder por la vía rápida pese a haber cambiado de entrenador justo antes del arranque de la fase decisiva de la temporada, donde está en juego el ascenso a la ACB.

El partido del viernes fue muy igualado. Cayó de lado local, por 70-59, pero sobre todo por el mal inicio coruñés. Fue decisivo, porque el resto de los parciales no tuvo un dominador claro. Jordi Trías fue el que hizo más daño. Un veterano bajo tableros al que Eduardo Hernández-Sonseca intentó contrarrestar. Por el bando naranja, solo el pívot, además de Jonathan Gilling y el base Zach Monaghan se salvaron de una noche gris. El Leyma no ha tenido un final de temporada brillante. Ya son famosos sus apagones. Eso no pasó el viernes. La regularidad tiene que ser el arma del conjunto que dirige Gustavo Aranzana, que intentará llegar a A Coruña con vida.