El Trofeo Miguelito cumple el próximo domingo treinta años. Es un evento tan especial como que a él acuden niños acompañados por sus padres, quienes en su infancia también participaron. "Es una fiesta del judo, un torneo fantástico que transmite la ilusión y las ganas de seguir aprendiendo", resume Bernardo Romay, uno de los grandes pilares de este deporte olímpico en A Coruña. "El Miguelito nos ha servido para sentar las bases del judo actual en la ciudad. Este deporte se ha ido desarrollando poco a poco tanto en colegios como en clubes y necesitábamos un evento que uniese a todos los niños", explica el alma máter del Judo Club Coruña.

Este evento deportivo tiene algo que lo hace especial, "aquí no hay competición. El niño muestra la progresión técnica que ha hecho durante todo el año. Es un gran refuerzo para la autoestima y la seguridad de cada deportista", analiza Bernardo Romay, quien también desgrana la mecánica del torneo: "Cada participante tiene una tarjeta de calificaciones en la que los jueces, después de evaluarlo, pondrán la nota. A ninguno se le pone mal, sólo se valora con adjetivos como regular, bien, muy bien o excelente. Al final los chavales le dan más importancia a esta tarjeta y a esta evaluación que a la medalla o a la mochila que se les da de recuerdo porque en ese papel se ve la progesión individual. Aquí nadie le puede echar la culpa al compañero que no le pasó el balón para meter el gol", bromea.

A esta cita sólo acuden deportistas federados de la provincia de A Coruña, en la que existen alrededor de cinco mil licencias de las más de siete mil de toda Galicia. Aproximadamente tres mil niños pasarán por los tatamis del Coliseum el próximo sábado, y la organización los dividirá en cinco niveles según el cinturón que tenga cada uno. En el primer nivel estarán los más pequeños, los cinturones blanco-amarillo y amarillo. Es el grado más bajo y muy fácil para todos los que están aprendiendo. El segundo grupo reúne a los amarillo-naranja y naranja y aquí ya tiene que haber un mínimo trabajo previo, como explica Bernardo Romay. "Dos meses antes empezamos a preparar el Miguelito en este nivel. A los niños les encanta porque es un objetivo interesante y los van a ver sus papás". En el tercer nivel están los cinturones naranja-verde y verde; en el cuarto los verde-azul y azul y en el último los azul-marrón y marrón. A partir de aquí ya empezamos a hablar de cinturones negros.

"La grandeza del Miguelito reside en el afán de superación año a año de los deportistas. El judo es el único deporte que tiene una metodología por niveles progresivos. El niño va superando etapas poco a poco y con este aprendizaje de la técnica estás haciendo un deportista para el futuro", enfatiza el maestro coruñés, quien también alaba la perfecta organización del evento.

La cita con la trigésima edición del Trofeo Miguelito será el próximo domingo día 27 en el Coliseum coruñés. Se espera que acudan este evento alrededor de tres mil niños de entre cinco y catorce años que estarán divididos por niveles de aprendizaje con un horario exacto para cada uno. Esta gran fiesta del judo comenzará a las nueve de la mañana.