Rafael Nadal tumbó a Del Potro y peleará por ganar su undécimo Roland Garros en la final de mañana ante Dominic Thiem, quien derrotó antes a Marco Cecchinato.

Nadal, en su mejor duelo en esta edición, doblegó al vencedor del Open USA en 2009 por 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y 14 en minutos.

El número uno del mundo continúa forjando su leyenda. Le queda un paso para levantar su undécima Copa de los Mosqueteros e igualar el récord de Margaret Court, quien también se alzó con once Grand Slam (Wimbledon). Además, firmará su 24º final, apenas por detrás de Roger Federer.

El español, quien se encontró con una dura oposición de su rival en el primer set, planteó un partido inteligente en la Philippe Chatrier, buscó el revés de Del Potro e intentó alternar golpes paralelos y diagonales que le hiciesen correr.

"El primer set fue muy difícil, con oportunidades para él. Tuve un poco de suerte, luego fui más agresivo. Estoy contento de volver a la final de Roland Garros", declaró.

En un estadio en el que los apoyos a Delpo fueron dominantes, Nadal planteó una guerra de desgaste. En el primer set, la igualdad fue total. El argentino ganaba los juegos fácilmente apoyado en su saque, mientras que el español sudaba para lograr cada punto. Del Potro podía haber cambiado el rumbo del encuentro si no hubiese desperdiciado seis puntos de quiebre. Nadal, feroz y concentrado, no desaprovechó la clemencia del rival para llevarse la primera manga.

Con su mirada implacable, alternó algo su plan inicial en la segunda manga. Siguió buscando el revés de Del Potro, pero procuró más las iniciativas del punto. Así evitó la castigadora derecha de su rival.

En la tercera, Nadal no bajo el pistón y sometió a duros golpes a su oponente, que se marcha de este Roland Garros como cuarto del mundo, igualando el mejor puesto de su carrera logrado en 2014.

Ahora le toca en la final de mañana Thiem, el único jugador que ha sido capaz de batir a Nadal en arcilla este año. El austríaco se medirá a un contrincante que nunca perdió el partido decisivo por el título en la tierra batida parisina.